28/5/07

Definiendo


Si los encontrantes se toman por ejemplo, el 130 y se bajan en Retiro, luego caminan cruzando Libertador en dirección a la estación del Mitre, previo saludo al del kiosco de Eudeba, se meten a la izquierda y me ponen 5 guitas en la maqueta de la locomotora y el tender. Y mientras giran las ruedas en su sitio, van alejándose mirando hacia atrás de vez en cuando y oteando la luz y el ruido que llegan de la bóveda victoriana, me bajan las escaleras del subte Línea C Retiro-Constitución. Desabrochándose el abrigo por el aire caliente que sube de las entrañas de la tierra , se acercan a la boletería y sacan boleto de ida y vuelta. Cuando arranque el tren, vayan mirando las estaciones con cuidado, y cuando lleguen creo que a Independencia, se me bajan y allí cerca de la salida, en un mural de mayólicas de Zuloaga, junto al acueducto, los espero a las 21 para tomarnos unas cañas y charlar de lo que pudo haber sido.

Segovia, 21 de mayo de 2004

18/5/07

Leyes naturales


Volviendo a casa, ayer por la tarde, el cielo estaba casi despejado. Quedaban todavía tres horas de luz. El campo, esta primavera, está desbordante de naturaleza. Por todos lados florece y una infinidad de bichos puebla el aire del atardecer.
Salí por la carretera habitual, a la velocidad normal, para llegar tranquilo a casa.
Los pueblos a esa hora de la tarde tienen un color cálido que todavía invita a llegar al hogar de manera sosegada.
Pasado el último pueblo, después de la curva, el horizonte a través del cristal del coche, se puebla de fresnos verdes y la cinta gris de asfalto que abre un tajo zigzagueante .
A cierta distancia veo brillar en el camino, una culebrita . En su serpentear a mitad de camino, pugna por cruzar de una cuneta a la otra.
No viene ningún coche de frente por lo que prudentemente, para no aplastarla, aminoro la velocidad del coche y enfilo éste , como para que pase por el medio sin hacerle daño. El automóvil cabecea un poco al ir frenando con la tercera puesta y la puntita del freno, atento a la maniobra, no la vi venir.
El parabrisas delantero se llenó de una silueta oscura .
En un vuelo picado y rasante, tocó la carretera y remontó vuelo con la merienda entre sus garras.

15/5/07

Vita Marcika


El jueves fuimos a verle.
Actuaba en un patio de esta ciudad. Una historia traída del saco roto de la cultura checa. Su enorme vitalidad nos contagió a todos. Su habilidad para entrar y salir de la historia, o mas bien para meternos a todos en ella, es el centro de la función. Un escenario modesto, unos títeres de madera y trapo, sinceros, sin ocultamiento de mecanismos, todo se ve, no hay efectos mágicos, la magia está en su poder de comunicación. Una de las claves es el personaje principal , asistido por su hija , se dirige al público en un mal castellano o directamente en checo, el cual es traducido simultáneamente por ella, generando situaciones disparatadas de una enorme vitalidad.
Con la cámara desbordante y el corazón en la mano, grabé algunos de esos momentos .
Al final de la función, un integrante de su compañía, que me había visto grabar desde mi asiento, se me acercó, y amablemente me pidió una copia del material que había grabado. -Es que no tenemos nata para mostrar por ahí, me dijo. Yo accedí , y le dije que me pondría en contacto con ellos en algunos días, antes de la finalización de Titirimundi.
El viernes por la mañana, nos avisaron que la abuela, había fallecido, y que teníamos funeral por la tarde y entierro en el pueblo el sábado por la mañana. El rato que tuve por la mañana, mientras Pablito dormía su siesta, lo utilicé para, preparar el material grabado la tarde anterior, recortar lo que no interesaba, dotarlo de una breve introducción y un final. Y todo ello montado, transformarlo en un disco, visible en cualquier aparato doméstico. Además pude diseñarle una portada al disco. Quería entregarles un trabajo digno, modesto, pero con lo esencial de su actuación.
El fin de semana transcurrió , entre la tristeza del entierro, y un examen de matemáticas que ayudé a preparar a Horacio. Mientras tanto el ordenador hizo su trabajo de entregarme dos copias del vídeo montado.
Ayer, por la tarde, se repetía en el mismo patio, la actuación del jueves.
Me acerqué allí, y pedí entrevistarme con él para entregarle el disco.
Apareció con su barba y una túnica toda bordada en verde y oro, en realidad parecía un retal de un tapiz o una alfombra. Al tenerlo frente a mí , le alargué tímidamente el estuche con el disco. En una breve conversación, entrecortada por la diferencia de idiomas, me preguntó el precio de ese disco. Yo no había pensado en su valor económico, y entonces le dije que nada , que era un regalo. El me miró sorprendido , dibujándose le una sonrisa , como de haber visto a los Reyes Magos.
Anoche, como a las diez, sonó mi móvil, el niño ya estaba dormido, y yo no atinaba a sacar el artilugio del bolso con rapidez para atenuar el ruido, al final, en la cocina, pude descolgarlo y atender. Al otro lado del aparato , la voz de una mujer extranjera me traducía, emocionada las palabras de su padre, que, como un eco, se escuchaban a la vez.
Habían visto el vídeo.

7/5/07

Postal de guerra


Un brigadista extranjero cuenta:- Esa noche, en la Alhambra, he visto algo que merece contarse: una bailarina medio desnuda pasa por el escenario. Muy cerca de la gente. Un miliciano borracho corre, la acaricia con todo el brazo. El público bromea. El miliciano se vuelve, los ojos cerrados, la mano también. Como si hubiera tomado la belleza de la mujer cuando la ha acariciado , y guardado en el puño. Y se vuelve hacia el público, abre el puño y le arroja la belleza. Con desprecio hacia el público. Admirable. Sólo posible aquí.

Isabel se enamoró del miliciano y en el vértigo de ese amor, llegó a concebir un hijo suyo.
El miliciano ascendió a teniente, pero una bala italiana lo dejó tendido en Brunete. No conoció a su hija.
Isabel nunca supo donde fue enterrado su amante, Esperanza nació en un pequeño pueblo de la Sierra de Madrid.
Al hambre y la miseria de la guerra, se sumaron el desprecio de los habitantes del pueblo, bajo dominio de las tropas de Franco.
Su padre desde Cuba le enviaba una ayuda para criar a su hija Esperanza, pero ésta no alcanzaba porque él allí tenía nueva familia que mantener.
Antonio, Secretario Provincial del Movimiento, que junto al cura del pueblo eran los únicos con instrucción, propusieron un pacto que “lavaría su honor” y que fundamentalmente le permitiría alimentar y educar a su hija.
José, hermano de éste, labrador y bebedor, estaba dispuesto a dar sus apellidos a la niña y a ser el sostén familiar. Con la venta de la casa de Isabel, compraría algunas tierras que incrementarían las suyas. Que Antonio, administraría hábilmente, como administraba la vida y la muerte desde su cargo institucional.
Isabel, frente al espejo de su alma, fue perdiendo gota a gota, su dignidad, para poder adaptarse así, a las circunstancias de la derrota.
Pudo criar a su hija y darle los estudios primarios, pero también se transformó sórdidamente en el objeto de deseo de los hermanos.
Cubrió y pagó con su cuerpo la protección de Esperanza, que ya moza tuvo la suerte de encontrar a un hombre ambicioso, emprendedor, pero enfermo de la violencia, que de niño, le enseñó la guerra.
Isabel, había recibido la visita de sus nietos, nacidos en la misma cama donde ella tuvo a Esperanza. Recogía ya de noche los restos de la cena. José había bebido demasiado, como de costumbre y dormía su borrachera en un escaño. Antonio la esperaba arriba de la escalera, junto a la puerta de su habitación. Ella sumisa, subió los últimos peldaños que esa vez la llevarían a la muerte liberadora.

Ayer vino al pueblo un extranjero, de Cuba, preguntando por su nombre, quería saber si éramos familia. El extranjero, de barba blanca, afectado por el calor quiso ver su tumba, cavada en 1967. Con una foto de ella en la mano , quiso saber mas de su vida. Me miró a los ojos y entonces me dijo: y si no somos familia, que más da.

Nota: la Cita incicial es de La Esperanza de André Malraux 1937

2/5/07

zapato en la acera


Zapato en la acera.
Del andamio cuelgan las ilusiones forjadas a través del mar, ladrillo sobre ladrillo, paleta va , paleta viene.
Horas acumuladas con la visión de tu sueño.
Una pantalla repite una y otra vez las noticias oscuras de tu piel, subida al andamio.
En la ignorancia de los médicos crece el germen del final.
Una lengua de incomprensiones arde en el fuego de los oídos sordos.
Indiferente una mano entrega salarios.
La soledad muestra sus señas de identidad .
El vértigo de tu distancia a la raíz , es directamente proporcional a la altura del humo que disuelve tus ilusiones, y a la velocidad de la caída.
Grava sobre zapato, zapato sobre acera, cinta de plástico, luz sobre oscuridad, oscuridad sobre silencio.
Un muro te separa de los otros y te une a los mismos que como tú, ladrillo sobre ladrillo, paleta va, paleta viene, construyen los sueños de los otros.