tag:blogger.com,1999:blog-47874916260082758042024-03-13T09:00:45.493+01:00Cuentos de MacachinesUnknownnoreply@blogger.comBlogger70125tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-9339740792208677672023-12-31T11:38:00.001+01:002023-12-31T11:38:48.951+01:00la casa isleña..<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOOCRx-nl1kV3nTKcfhz8ve3_I8DGMdIiTlI-5F7xY4NBt3bivYiW_erw1aXZjmcVUgVYHhadAppfv0bTKWROlU3G6lC8QemITax_ZKAstVhzXEFC0QfON6Pfp3a5OeiOiLLeKtkhKbcALR4bPiV6d19E7eUAUzhbAkPYgU8x77-5gYFU7hou2HBT33r1s/s4732/021%20casa%20de%20Horacio%20Quiroga%20w.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3161" data-original-width="4732" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOOCRx-nl1kV3nTKcfhz8ve3_I8DGMdIiTlI-5F7xY4NBt3bivYiW_erw1aXZjmcVUgVYHhadAppfv0bTKWROlU3G6lC8QemITax_ZKAstVhzXEFC0QfON6Pfp3a5OeiOiLLeKtkhKbcALR4bPiV6d19E7eUAUzhbAkPYgU8x77-5gYFU7hou2HBT33r1s/w381-h255/021%20casa%20de%20Horacio%20Quiroga%20w.jpg" width="381" /></a></div><br /><i>Treinta rayos convergen hacia el centro de una rueda, pero el vacío en el medio hace marchar</i><p></p><p><i>el carro.</i></p><p><i>Con arcilla se moldea un recipiente,</i></p><p><i>pero se lo utiliza por su vacío.</i></p><p><i>Se hacen puertas y ventanas en la casa</i></p><p><i>y es el vacío el que permite habitarla.</i></p><p><i>Por eso, del ser provienen las cosas</i></p><p><i>y del no-ser su utilidad.</i></p><p><i><br /></i></p><p><i>Tao Te Ching</i></p><p><i><br /></i></p><p><i>Lao Tsé</i></p><p><br /></p><p><span> </span>Después de un año accidentado de carrera, con las herramientas básicas aprendidas, me disponía a realizar mi primer proyecto de vivienda para una asignatura cuyos objetivos estaban en el análisis metodológico y formal. Casi todos mis compañeros recurrieron a propuestas geométricas y estilísticas en boga en esos años 70. Yo no entendía el problema de la misma manera ya que la casa que debíamos diseñar tendría un enclave en una isla del delta del Paraná. Allí el río va formando islas y reformando otras, algunas desaparecen con una crecida. Todas están densamente pobladas de vegetación, árboles tropicales, y algunas subsisten a la actividad frutícola que décadas atrás se daba tan bien. </p><p>De niño íbamos al puerto de frutos a comprar fruta al por mayor, ciruelas, damascos, duraznos, manzanas, naranjas y limones eran característicos, llegaban al puerto en embarcaciones desde las islas y las vendían los propios productores. Luego mi abuela convertía toda esa fruta en mermeladas para el invierno, que merendaba leyendo obsesivamente dos libros: Cuentos de la selva y Cuentos de amor, locura y muerte de Horacio Quiroga. Éstos me habían contagiado la fiebre por la jungla, sin haberla conocido realmente. </p><p>Pero mi problema de diseño estaba en la elección tipológica, si rediseñar un modelo de casa isleña, sobre pilotes, de madera y chapa o hacer algo totalmente diferente, descontextualizado, para un cliente anónimo y quedarme fuera de la onda imperante, exponiéndome a la crítica de los profesores.</p><p>Me plantee un cliente concreto, hortelano y productor de frutas, que además de una vivienda necesitaba un pequeño taller para reparar sus aperos y guardar herramientas. También estaba el problema, de crear un embarcadero y de consolidar el perímetro de la isla en constante transformación. El material disponible era obviamente la madera, y pensé además la posibilidad de la autoconstrucción, muy recurrente en los habitantes del delta.</p><p>Diseñé una casa de madera de tres habitaciones, una central con cocina, un horno de leña exterior, una letrina también exterior, dos galerías una al este y otra a poniente, de un par de metros para poder estar allí y proteger la vivienda de las lluvias torrenciales que suelen caer varias veces al año. Cada estancia tenía dos aberturas, una a cada galería, la del este era como una puerta balconera y la otra una sencilla ventana de dos hojas. Mosquiteras en cada abertura el volumen general a cuatro aguas, al igual que el taller contiguo a escasos metros, luego la isla tenía una zona dedicada a frutales, otra a huerto, en el resto entre cañas silvestres, se erguían álamos plateados y pino Paraná. Bajo la galería de la casa se guardaban aperos y bajo el taller una barca de dos remos. En el espigón de madera se ataba la chata, que eran una embarcación diésel, con una cabina de mando y un espacio importante para colocar la producción y llevarla al puerto de frutos.</p><p><span> </span>Iniciamos este viaje con el amor ya desgastado, a buscar tus orígenes en la colonia ucraniana de El Dorado. Una ciudad de principios del siglo XX de una sola calle y fincas profundísimas, productoras en medio de la selva de, algodón, mate, té, y tung, que luego se transportaban a la metrópoli vía fluvial más de 1000 km Paraná abajo.</p><p>Llegamos a Posadas en el ferrocarril Urquiza y nos establecimos en un campamento en las afueras de la ciudad, como a 6 km. </p><p>Nos quedamos una semana allí ¿recuerdas?, mi pie izquierdo estaba hinchado y entumecido, nunca supimos muy bien porque, si un golpe, una picadura de alguno de los insectos que nos sorprendieron al llegar, o simplemente el cambio de clima, con ese calor agobiante y las lluvias mansas, que caen como una cortina continua y cuando cesan el vapor se eleva aumentando la sensación de calor. </p><p>Teníamos por vivienda una simple tienda de campaña, la misma que usamos para el viaje al Noroeste. Ya deteriorada y con goteras.</p><p>Y una mañana en que yo estaba mejor me dijiste: - tenemos que irnos, si no la pereza y la selva nos tragarán. </p><p>Emprendimos la marcha por la Ruta 12 esperando que alguien nos lleve. Un camión partía de Posadas a San Ignacio y vimos en él una oportunidad de arrancar ese viaje a El Dorado. Llegamos casi de noche después de recorrer apenas 200 km. Allí dormimos en un hotel pequeño de carretera, con habitaciones con un servicio de agua corriente y que daban a una galería. </p><p>La dueña una señora rubia nos sirvió una comida sustanciosa con carne, que nos hizo olvidar las penurias de las latas que llevábamos. A la mañana siguiente nos despierta y nos dice que hay un camión que va hacia Puerto Iguazú, que igual nos apetece conocer las Cataratas. </p><p>Varias semanas después, hartos de turismo, que nos llevó también a Brasil, decidimos volver, y cumplir con el objetivo de ir hacia EL Dorado. Llegamos una tardecita, anocheciendo ya, plantamos nuestra tienda en un camping abandonado en Puerto Pinares, en las afueras de la ciudad. </p><p>Esa noche tiraste de mi para que fuéramos al centro, aunque sea caminado. La noche era cerrada, la brisa suave movía la selva, como una animal gigante y perezoso. Un perro nos salió al cruce y entre ladridos nos siguió amenazante un buen rato. No llegamos a la ciudad. Cambiaste de idea y lo pospusimos para la tarde siguiente.</p><p>En El Dorado encontramos a parte de tus primos y familia eslava que se asentó allí cuando huyeron de los pogromos zaristas, se hicieron <i>mensúes</i> trabajando de sol a sol. Nos contaron las historias que se forjaron durante la II Guerra Mundial, donde los partidarios del nazismo acosaban y agredían a los que pensaban diferente. Muchos emigraron nuevamente más al sur.</p><p><br /></p><p>Una mañana de lluvia tomamos un autobús que nos llevaría a San Ignacio, nuevamente. A las dos horas estábamos caminando por un camino de tierra colorada convertida en barro, en dirección al Paraná. Allí el río extenso ancho como un gran brazo corre entre paredes de basalto y pequeñas barcas lo cruzan, niños guaraníes navegan en busca de sustento o algo que vender, La selva testigo nos embriaga con sus sonidos de insectos y pájaros. </p><p>Y allí nomás en una picada de tacuaras altas como edificios, nos perdimos. Me dijiste, siéntate sobre tu mochila y observa. Tiene que haber una señal, algo. Parecía que la presencia humana había desaparecido. El pie me volvía doler. Y una especie de fiebre subía por mi cuerpo.</p><p>Vamos por aquí, me dijiste, por un camino más estrecho aún, al final de ese camino en el cañaveral, se abrió un claro, un aljibe con su vacío central dominaba el espacio. Las cañas formaban cuatro paredes bien delimitadas como una plaza de la cual salían 4 calles dos estrechas y dos más anchas. Decidiste tomar la calle ancha, parecía que todo se abría más abajo como hacia el río.</p><p>Dejamos el cañaveral atrás y las palmeras, los arbustos, los lapachos y timbós iban clareando hasta llegar a un lugar donde una casa isleña con galerías, toda de madera y chapa, una construcción auxiliar, en estado de abandono parecía que nos esperaba. Dentro tres habitaciones destartaladas, una de ellas con hornillo de leña para cocinar una mesa con cuencos de barro sucios y vacíos, en la otra una cama aún utilizable, sin colchón, por las ventanas podíamos observar la majestuosidad de la selva con los lapachos en flor y el rumor del río entre el cañón de piedra. En la galería una barca de dos remos, y unas ruedas de carro que le faltaban algunos rayos.</p><p>Todo me recordaba a mi proyecto de principio de carrera nunca construido. Como si de un encuentro espectral se tratara.</p><p>Bajamos hasta el río que a esa hora tenía el color del mercurio, un embarcadero todavía en pie. Era la hora en que los sonidos de la selva van cambiando, los pájaros se aprestan al descanso, pero la sinfonía de insectos crece hasta hacer denso el aire.</p><p>El dolor de pie y la fiebre no cedían se iban apropiando de mi pierna.</p><p>Me dijiste – ¿Y si pasamos la noche aquí?</p><p>Camino a la Ruta 12, al día siguiente llegando a San Ignacio un viejo muy delgado, de barba, camisa blanca, tiraba de un carro de bueyes, se detuvo y nos preguntó de donde veníamos y a donde íbamos. Subimos y le contamos, aspiró profundamente su pipa y entre el humo que exhalaba, sonrió. </p><p>-Han estado ustedes en mi casa, la casa de Horacio Quiroga. </p><p><br /></p><p>Juan C. Gargiulo 4-12-2023</p><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-72623862909588914612023-10-08T13:52:00.003+02:002023-10-13T11:29:49.901+02:00Postales de amor y de guerra...<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ayer enterramos a mi madre,
Julia, Julita.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Esta mañana después de una noche
aciaga, con el insomnio, la sed y este calor insoportable, abrí el ordenador
para la rutina de siempre, las noticias, los correos y los mensajes, esta vez
de condolencias. Los chavales duermen aún, mientras sorbo mi té verde, voy
leyendo en la pantalla, entre los recuerdos dulces y la tristeza. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Uno de los gatos se me arrima pidiendo su
ración, sube a la mesa y en un barrido la oscurece.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Cuando él entró en el barracón
colmado de gritos y silbidos, la vio, allí sobre el escenario bajo una tenue
luz de campaña, semidesnuda, bailaba, se contoneaba y cada movimiento arrancaba
nuevos gritos de deseo de los milicianos. Morena, Esperanza les hipnotizaba con
el reflejo de las lentejuelas, raídas ya a esta altura de la guerra. Él se armó
de valor, abriéndose paso entre el público subió al escenario casi de un salto
y acercándose a ella lentamente, con ambas manos, a una distancia magnética,
recorrió su cuerpo de pies a cabeza, morosamente, como atrapando algo para la
eternidad, de pronto cerró los puños y giró hacia el público que bramaba de
agitación, en eso abrió los brazos y en ese mismo movimiento soltó toda la
belleza de esa mujer que había atrapado, derramándola sobre los que van a matar
o a morir. </i></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0MF31GBPdiBWp3ii8DxcW2lMXOqtHNYiTcInbDWjFNYjfufJrzajNmyqQkfeoZM7cKvJshzIgMEHKo66ECsJGhT-RuuWVklOgEDJ3V7mS5weiD0MzCgHPuO58dptJPAWSImcnjHYOJ0Za99ui0Lo6cWQO8RGSfufHIBLNqk3jTCdcG0b1YFA1Ft_wBWKu/s3071/04%20Jos%C3%A9%20Blanco%20hermano%20de%20la%20abuela.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3071" data-original-width="2126" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0MF31GBPdiBWp3ii8DxcW2lMXOqtHNYiTcInbDWjFNYjfufJrzajNmyqQkfeoZM7cKvJshzIgMEHKo66ECsJGhT-RuuWVklOgEDJ3V7mS5weiD0MzCgHPuO58dptJPAWSImcnjHYOJ0Za99ui0Lo6cWQO8RGSfufHIBLNqk3jTCdcG0b1YFA1Ft_wBWKu/s320/04%20Jos%C3%A9%20Blanco%20hermano%20de%20la%20abuela.jpg" width="222" /></a></i></div><i><br /><o:p></o:p></i><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Entre los mensajes hay una carta, escaneada, amarillenta y ajada, tiene un lugar
y una fecha concretas, la letra caligráfica: <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Querida hermana, hoy recibí tu
carta de octubre que enviaste a Asturias, ahora llevo tres meses en Aragón,
espero que la suerte me siga acompañando. Por el dinero y la ropa que me envías
estoy muy agradecido, pero desearía que me enviases una foto tuya con Julita.
Ya van para siete años desde que os fuisteis de la aldea, y allá en Buenos Aires
habrá crecido mucho. Yo te mando una pequeña foto mía de paisano, que me hice con
ese fotógrafo de Lalín antes de partir juntos al frente…<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>Quisiera abrazaros como cuando
os fuisteis, le envío muchos besos a Julita y mimos a ti hermana mía que tanto
deseo verte antes de quedar en estas tierras.<o:p></o:p></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i>José Blanco, Zaragoza, 6 de
noviembre de 1937.<o:p></o:p></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje4gw_zEumPSfzZzds2CFZaQH_7ZOpdUmYBlv7vxdCdcOnNLDpseFHqWKbEOFXG82WRNfenMsUnQkK7FJQuPsWDEwswc8h0zlUDPbRlhpROGbJToHpHgXMb9f_7Fu6sSPpPUKorQnmEwl6z2cEgPJfrVEzcz-vvDP1fw1nz00bgcwdeMpr_xYvxnVvyEgO/s2363/Julia%20y%20Mercedes%20By%20N.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2363" data-original-width="1536" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEje4gw_zEumPSfzZzds2CFZaQH_7ZOpdUmYBlv7vxdCdcOnNLDpseFHqWKbEOFXG82WRNfenMsUnQkK7FJQuPsWDEwswc8h0zlUDPbRlhpROGbJToHpHgXMb9f_7Fu6sSPpPUKorQnmEwl6z2cEgPJfrVEzcz-vvDP1fw1nz00bgcwdeMpr_xYvxnVvyEgO/s320/Julia%20y%20Mercedes%20By%20N.jpg" width="208" /></a></div><br /><i><br /></i><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El molino harinero, se atascó esa
mañana temprano, dicen en la aldea que la guerra acabó hace días. Manuel
Blanco, el molinero, con su pañuelo al cuello y el pelo encanecido, piensa en
los únicos hijos que le quedan, Mercedes, la mayor, en Buenos Aires con su
única nieta, Julita, y José en la guerra, que debería tener ya 23 años. Piensa
también en el dinero necesario para sobrevivir y en los paquetes de ayuda que
llegan de ultramar. Pero José no vuelve, ¡no vuelve! no vuelven sus abrazos y
los besos con harina, ni el niño aquél que correteaba por el huerto buscando
las fresas tempranas. No vuelve…<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A José se lo llevó Esperanza, la
bailarina que conoció en un barracón a orillas de los arrozales, convertida en
bala, segó su vida.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Juan C. Gargiulo, Segovia 4 de
octubre 2023.<o:p></o:p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-14979244662284368182022-05-20T14:40:00.001+02:002022-05-20T14:40:52.148+02:00Los colores de mis recuerdos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-uh8-50y0mt4eyR7B2jUpYKCcWzc_opRjCnlm9zxDJ6AKPR9edFcFh9Aj6qXqARifbd6iX2YbVLQRcr4IU75n4ZKhf3mRb545L5Di_1WRD2m_GSQHI1dB5s5fVvY5aMtyeOjiuZ-NqvfvZaqw9jqzgQjo4FBn8iUbR-dM6w4xD5zQY7iC3-qT0LRVeg/s4000/IMG_20220520_133715.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="2992" height="445" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-uh8-50y0mt4eyR7B2jUpYKCcWzc_opRjCnlm9zxDJ6AKPR9edFcFh9Aj6qXqARifbd6iX2YbVLQRcr4IU75n4ZKhf3mRb545L5Di_1WRD2m_GSQHI1dB5s5fVvY5aMtyeOjiuZ-NqvfvZaqw9jqzgQjo4FBn8iUbR-dM6w4xD5zQY7iC3-qT0LRVeg/w332-h445/IMG_20220520_133715.jpg" width="332" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Hace un tiempo, mi amiga Julieta hablaba en las redes de este libro, consiguió despertar mi interés ya que mis propios recuerdos están siempre teñidos de colores, o más bien éstos se asocian a determinados momentos de la vida. El libro es un viaje por la historia de los colores en Europa, en la vida cotidiana, el arte, y el cine, temas que siempre me han atraído especialmente. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">¿Qué queda de los colores de nuestra infancia?</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">El otoño invierno de 1961 fue para mi particularmente, revelador, tendría cuatro años para cumplir cinco, y mi estado de salud se desequilibró con diversas enfermedades infantiles, una escarlatina, anginas y gripes varias que me hicieron perder la asistencia prácticamente a todo el curso del Jardín de Infancia. A cambio los cuidados familiares, las visitas periódicas del médico a domicilio, algunos remedios caseros. Unos animalitos de un plástico verde que formaban parte de mi territorio de aventuras entre las mantas y sábanas de los días de convaleciente. Unas mesitas plegables que nos habían comprado para una anterior operación de amígdalas, eran en su reverso el cuadro de mandos de un coche o un avión que me llevaba a cruzar cielos imaginarios. Esos mandos dibujados con tiza o ceras de colores, indicadores, agujas y demás instrumentos que trataban de reflejar mi fascinación por los de verdad.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Llegó mi cumpleaños en agosto y una tía me regaló un castillo de madera con soldaditos de plástico, los soldaditos no se correspondían con la imagen del castillo ya que representaba otro período histórico, pero daba igual. Pero un día llegó una prima de mi padre, artista plástica, que para nosotros era como una tía más, Zulema. Me trajo en un pequeño paquete plano, un estuche metálico de acuarelas. Ella nos había compuesto en una pared de la habitación un fondo marino con peces de colores, algunos pintados por ella y otros de papel que creo que venían de propaganda de un laboratorio médico.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Esas acuarelas quizá, después de las ceras de colores y los lápices de mi abuelo, que tenían dos colores por un lado rojos y por el otro extremo azul, sea para mi contacto con el color más gozoso que haya vivido. El uso del color y el agua casi no se ha separado de mi a lo largo de los años. Más adelante ya en la primaria recibí un regalo nuevo que fue otro estuche pero esta vez de lápices de colores Lyra, acuarelables también, con ellos los dibujos escolares tomaron otra dimensión, podía crear degradados y fusionar colores con cierta destreza, mezclando el uso del lápiz y el pincel. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Pero éstas herramientas y materiales las reservaba para un uso más privado, en la intimidad familiar. Nunca los llevé al colegio y tampoco al taller de plástica de Michi e Irene, donde asistí hasta los 11 años. Allí el universo expresivo era más fuerte con materiales como la témpera en pasta, o el grabado.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Me los llevaba eso si, a casa de mi amigo Alberto, donde su mamá, Virginia, también artista plástica, me enseñaba a componer y dibujar a color las escenas que debía crear en mi cuaderno para ilustrar los deberes que nos ponían, que siempre eran a una escala pequeña. Algunas láminas mayores para ilustrar las clases por equipo también salieron de sus enseñanzas. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">El estuche de las acuarelas siguió acompañándome luego en muchas de las ilustraciones de las clases de dibujo en la escuela secundaria, era increíble que no se gastaran, no así los lápices acuarelables que si fueron mermando con el paso de los años y quedando huérfanos algunos colores de otros, los ocres y verdes por ejemplo ya que me encantaba particularmente pintar arboles y masas verdes en los paisajes que hacía.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">En la universidad y en mi vida profesional de arquitecto también las usé para colorear dibujos y perspectivas que formaban parte de los proyectos que fui desarrollando. Siempre con el mismo estuche que me regalaron a los cinco años. Aunque ya combinaba rotuladores, lápices de colores y tinta china en diversas técnicas mixtas. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Cuando tuve hijos y éstos iban creciendo, volví a sacar este estuche de acuarelas, para sensibilizarles en su uso, y así nacieron tarjetas postales, felicitaciones navideñas, y muchos otros dibujos de su etapa infantil que llenaban las paredes de nuestra casa y mi estudio.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Esta mañana, alentado por la lectura del libro que comento al principio, me acordé del viejo estuche, que conserva aún muchos de los colores, que me han ayudado a representar el mundo de mi imaginación y mis sueños, otras pastillas ya no están, otras conservan un hilo de color para ofrecer, delatando el uso más intensivo a lo largo de los años. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Cuando abrí el estuche para fotografiarlo, fue como la primera vez, al maravillarme por todo lo que me había dado, cuando con cinco años todo estaba por empezar.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguKBbXoMnDiQTw8BgCW5NKKQRgXTdJ-bVIFJFS32NBnBmDTf86ECp2QHzPNWFwFMTRy5k8-rD7btBLAxU3XZzalpt7x40XcoQS_FDEKLOMi4qrtIT6F2zeJrSEvPa5b7d6RldslwOXLakSenzU_HslnG-tmD_6NQg69E5MQoEILPwxY3SykR-L5qHnnA/s4000/IMG_20220520_133513.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2992" data-original-width="4000" height="307" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguKBbXoMnDiQTw8BgCW5NKKQRgXTdJ-bVIFJFS32NBnBmDTf86ECp2QHzPNWFwFMTRy5k8-rD7btBLAxU3XZzalpt7x40XcoQS_FDEKLOMi4qrtIT6F2zeJrSEvPa5b7d6RldslwOXLakSenzU_HslnG-tmD_6NQg69E5MQoEILPwxY3SykR-L5qHnnA/w411-h307/IMG_20220520_133513.jpg" width="411" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-56021318836662666372022-05-17T20:24:00.009+02:002023-12-31T11:52:06.763+01:00Fauna y Flora en la Municipalidad de la Matanza<p style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal">Cuando era joven trabajé en Obras públicas de la
Municipalidad de la Matanza, llegábamos temprano para poder agarrar el único
"Rastrojero" que nos permitía hacer las inspecciones pendientes.
Tenía un compañero de oficina que se las arreglaba para llegar justo sobre la
hora o incluso media hora más tarde, una mujer que quizá fuera su amante,
fichaba la entrada por él. Cuando llegaba se sentaba en su puesto, y camuflado
entre torres de expedientes abría el diario, por donde el claringrilla y se ponía
a hacer las palabras cruzadas. Después de que pasaba el del carro del mate
cocido, cerraba el diario, abría un expediente y con un bolígrafo en la mano y
la otra sujetándole la cabeza se disponía a torrar hasta casi medio día. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Era el año 1983, ese frío invierno post-Malvinas la
Municipalidad estaba gobernada por el Coronel Alberto H. Calloni, en Obras
Públicas, un personaje oscuro salido de la Alemania nazi, el goebbesliano
Ingeniero Masjuán, que a su vez era directivo de ATMA, frente a la terrible
ESMA.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Una mañana cercana a la fiesta patria del 25 de mayo, el
intendente me llama a su despacho. Con el rabo entre las piernas subo a la
oficina del Coronel, pensando que allí me espera algo terrible. Mi aspecto de
intelectual cortazariano con sobretodo comprado recientemente en Madrid, gris
hasta las rodillas, pelo largo y barba , anteojos que delataban esa
filiación a la divine gauche del café La Paz. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Al trasponer la puerta junto a su edecán, me recibe desde un
escritorio tamaño mesa de ping pong, que albergaba bajo un grueso cristal
fotografías de viajes, destinos militares y otras hazañas bélicas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En un sillón a contraluz, Goebbels-Masjuán dominaba la
escena.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-¡Arquitecto Gargiulo!, ¿usted no tendrá un pariente
marino? me espetó no bien entré, (<i>se refería al contraalmirante Benjamín
Gargiulo líder del golpe de estado del 16 de junio de 1955 contra Perón</i>).<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-No mi coronel, ¿por? contesté<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-¡Una lástima! agregó Calloni<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Gargiulo, Gargiulo, sin embargo su apellido me suena....
Seguía insistiendo en encontrarme alguna filiación, se me pasó por la
cabeza que quizá conociera a mi padre (<i> viejo militante
comunista). </i>en fin me sentía como en una ratonera o como en los
interrogatorios preliminares de los nazis en Roma Ciudad Abierta. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-Tengo un encargo urgente para usted arquitecto Gargiulo, me
soltó mientras se servía una copa de whisky importado. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-Como usted sabe en este partido tenemos muchos muertos
combatientes en Malvinas y queríamos hacerle un homenaje digno para el 25 de
mayo. Quiero construir en la plaza un monumento a los caídos en la Guerra de
Malvinas. La sombra a contraluz de Masjuán asentía con la cabeza.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-Resulta que mi mujer y yo estuvimos el año pasado en
Arlington, y no vea que cementerio, esas colinas verdes impecables llenas de
cruces -¡Una maravilla!. - Pero aquí tenemos que hacer algo similar, algo
también muy "argentino". <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">A pesar de ser invierno, el sudor corría por mi frente,
tenía que diseñar y construir en tiempo récord un monumento a los caídos en
Malvinas, similar a las tumbas arlingtonianas, pero con sabor "bien
argentino". Me estaba jugando el pellejo. esa misma mañana, hice un diseño
rápido y se lo subí a Goebbels, era un crucifijo tamaño natural de quebracho
sobre una loma verde de hierba, y a sus pies una placa que reseñaba la lista de
caídos en el Partido de la Matanza. Atusándose el pelo engominado me dice: -No
está mal, vamos a ver al intendente. Subimos nuevamente a su despacho. Nos
acompaña el edecán y Calloni en su séptimo whisky de la mañana, me recibe
efusivo, ya sé de donde conozco el apellido,... de Río Gallegos, de un
conscripto pelirrojo que hizo el servicio con destino en la enfermería! (<i>se
refería a mi hermano Nicolás que hizo la colimba en la Guarnición del Ejército
en R.G. en el sur de Argentina</i>) .La cuestión que al ver el dibujo a color,
se quedó fascinado. -¡Esto , esto es lo que quiero, carajo ! , ¡vamos
vamos manos a la obra!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Así que ya la mañana siguiente me presenté lo mas pronto
posible para poder secuestrar al Rastrojero y el chófer y empezar a recorrer
Buenos Aires, a ver dónde encontrar unas traviesas o durmientes de ferrocarril
de quebracho y quien me montara esa semejante cruz. Del Tigre a la Boca ,
de los talleres de Remedios de Escalada a José León Suárez, peinando talleres y
almacenes. Finalmente en la Boca conseguí los durmientes sin agujeros y más
largos que lo normal, aunque tuve que hacerles un empalme en el brazo largo de
la cruz y en José León Suarez un carpintero que hizo los encastres , labró la
superficie de la cruz, y le dio varias capas de aceite para que la madera
luciera con ese rojo característico del quebracho. La placa de bronce la hizo
un herrero local, y tres días antes asentamos la cruz en esa colina de pasto
verde que habíamos recrecido artificialmente mirando hacia Municipalidad. El
trabajo de izado de la cruz fue digno de los romanos, con la atenta mirada
desde el balcón de Goebbels y Calloni, yo me sentía que estaba levantando mi
propia cruz. En la oficina los muchachos me cargaban, me decían que había hecho
la cruz a mi medida, que si no salía bien, me crucificaban. El día de la
inauguración , 25 de mayo, fiesta patria, me sentía tan mal que no pude ir,
cobardía, quizá, falta de sentido del humor, también . Lo cierto es que me la
pasé en cama todo el día. Al lunes siguiente llego a Obras públicas y me llaman
por el interno desde intendencia, era el propio Calloni. Subí como quien
arrastra una piedra enorme esas escalinatas de mármol hasta el despacho del
intendente. El edecán me acompañó nuevamente, abre la puerta y Calloni me
espeta: ¡Todo un éxito!, ¿ porqué no vino? ¡Se cagó eh! y soltó una alcohólica
carcajada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">- Gargiulo, como ha sido un éxito la obra por los caídos,
ahora si con más tiempo podemos hacer una réplica del monumento para poner en
cada cabecera de partido. Yo entusiasmado o delirando ya, porque había aceptado
un whisky que me había servido el Coronel, le doy una nueva idea brillante ¿ y
si hacemos unas réplicas de escritorio para todos los jefes de departamento de
la Municipalidad, con unos llaveritos a juego para los empleados?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-¡Maravilloso Gargiulo, queda en sus manos !<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Apuré el whisky y volví a la oficina, allí me esperaban
pilas de expedientes de inspecciones de escuelas que sobrevivían en la miseria
sin agua potable ni desagües. Faltaba poco ya para las elecciones, que serían
en octubre. Cuando llegó julio, hubo unas movilizaciones de maestros y
empleados municipales que reclamábamos mejoras salariales y efectivización de
los empleados interinos, especialmente los que llevaban muchos años en
precario. Las movilizaciones llegaron al interior de la municipalidad y me encontraron
entre los "sediciosos alborotadores".<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">A la mañana siguiente, voy a mi oficina y me llama por
interno Goebbels-Masjuán, entro a su despacho, me indica un asiento y me
extiende un conjunto de fotografías en blanco y negro donde aparezco entre la
multitud. -Este es usted ¿no?. -Pues si que he salido bien, le contesto.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-¡Vaya a su oficina y recoja sus cosas por aquí no queremos
subversivos!<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">-Pues lo haré si me lo comunica por escrito, dije
envalentonado y cabreado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">A la tarde estaba en casa el telegrama de despido.<o:p></o:p></p><br /><p></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-81125093862465333682020-12-01T12:57:00.004+01:002020-12-01T14:45:35.010+01:00La canchita<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlGAnbqQREXPR1yEBrRrNe7iq-IisdsO8ir-DbspVEc0WLsAcybp96egk0rLRoLxk8Kr7oydcOuHedTv_tCL0yQ9T9UWLjgGBdYBYEnl5iVNHgraUPDHKmcn64oZKKULwOhwA3FRB68QBg/s1575/309+la+otra+copa+del+mundob.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1575" data-original-width="1181" height="412" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlGAnbqQREXPR1yEBrRrNe7iq-IisdsO8ir-DbspVEc0WLsAcybp96egk0rLRoLxk8Kr7oydcOuHedTv_tCL0yQ9T9UWLjgGBdYBYEnl5iVNHgraUPDHKmcn64oZKKULwOhwA3FRB68QBg/w309-h412/309+la+otra+copa+del+mundob.jpg" width="309" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Todas las tardes después de los deberes, jugábamos, en la
calle o en casa de Alberto, que siempre estaba abierta, un partidito en el
jardín de su casa, los chicos del barrio corríamos detrás de una pelota ajada
con el cuero pelado. Pero hacia 1967 el jardín se nos quedaba chico, además las
plantas siempre eran las damnificadas por nuestras gambetas y pelotazos, el pasto pelado mostraba sus
calvicies polvorientas. Ese año estaba siendo apoteósico, la Copa Libertadores y
luego el Mundial Interclubes que ganaría Racing, en nuestros corazones
sentíamos un impulso irrefrenable de emular a los grandes. Seguíamos los partidos por la radio, atesorábamos amuletos y álbumes de figuritas con los jugadores de la época.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Una tarde con todo nuestro entusiasmo de primavera, nos
juntamos varios y asaltamos el Club Norte, que tenía una canchita de “papi
fútbol” de ensueño, arcos con red y todo, un suelo de cemento verde con las
líneas pintaditas en blanco, como dios manda. Nos colamos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuando las chicas hacían gimnasia en el piso
de arriba. Pero la cosa duró poco, el portero del establecimiento se dio cuenta y nos mandó a
mudar. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">-Mocosos este club es para los socios, no para cualquiera . Nos espetó.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">-Si no tienen carnet no entran. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mostrando la hilacha elitista de una clase
media de la que para más inri formábamos parte.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¿Y ahora que hacemos? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me dijo Alberto, mientras caminábamos por la
calle junto al terreno baldío de al lado.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">-Hagamos nuestra propia canchita. Le dije subiendo la apuesta, con una seguridad que me la daba la pasión por jugar.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">-¿y dónde?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Levanté la vista y extendiéndola por todo el terreno baldío
que limitaba con el club le dije: -¡Aquí!, aquí mismo. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">-¿Aquí, pero no vés como está esto de yuyos, cascotes y
basura?<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">-Si, pero aquí es el lugar, justo al lado del club y de
frente a nuestra calle, los partidos se verán desde todo el barrio.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Entonces nos juntamos con herramientas, palas picos,
carretillas que nos prestaron los vecinos o las que había en nuestras casas. Así
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los pibes del barrio en un par de tardes
preparamos la canchita. Las madres nos ayudaban, traían meriendas y refrigerios
y nosotros cavábamos, picábamos trasportábamos, desmalezábamos bajo el sol de
octubre. La tarde que íbamos a estrenarla apareció el padre de
Danielito, que era carpintero, con dos arcos de madera, que colocamos enterrando
los postes y calzándolos con cascotes. </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ya teníamos la canchita soñada.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A ocho cuadras más o menos empezaba la villa del cementerio
de Olivos. Algunas veces me adentraba por O´Higgins hacia el cementerio, donde
estaba la única bicicletería, en busca de repuestos para la bicicleta. Alguna
gente de nuestro barrio nos inculcaba temor hacia los villeros, mostrando su
clasismo. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin embargo mucha de las
personas que trabajaban en el barrio provenían de allí y mi madre que había
tenido consulta odontológica era muy respetada por la comunidad villera, porque
atendía sin cobrar o le pagaban con huevos, gallinas, verduras.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Esa semana jugamos en la canchita nueva partidos y
partidos hasta caer extenuados. La novedad en el barrio se fue extendiendo
hasta que un sábado por la tarde nos encontramos una multitud de chicos y grandes
jugando en la canchita. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Íbamos nosotros con la pelota bajo el brazo, y nos encontramos
a las personas de la villa ocupándola, los mirábamos con la boca abierta, nos acercamos
a ver el partido y vimos a muchachitos con alpargatas o casi descalzos jugando,
haciendo maravillas con la pelota, en un ambiente de increíble felicidad.
Justo, justo al lado del Club Norte, del cual si no pagabas, no eras socio y no
jugabas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Algunos vecinos se indignaron por la ocupación villera, pero
nosotros sabíamos que habíamos hecho algo que era gratis para todos, algo que
nos acercaba un poco más la felicidad de la vida. </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Un acto de justicia.<o:p></o:p></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-89150374329078066522020-02-19T13:19:00.001+01:002020-02-19T13:23:06.926+01:00El Jacarandá<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHjNvS2cjIN7V0GrkYvchDPZ0hjrJgBVybvh9mcSyzelusBvxq3LqxTJ8QM3Gge7St3rx6ga0hxK0zXrnS5KgAvNoIT8j6BFY9K6Pc_bKkPe-NEj5WLQV4tQt14ihAPKcLZvGt-NBCspij/s1600/DSCN3880.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHjNvS2cjIN7V0GrkYvchDPZ0hjrJgBVybvh9mcSyzelusBvxq3LqxTJ8QM3Gge7St3rx6ga0hxK0zXrnS5KgAvNoIT8j6BFY9K6Pc_bKkPe-NEj5WLQV4tQt14ihAPKcLZvGt-NBCspij/s320/DSCN3880.jpg" width="240" /></a></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><br /></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace casi 25 años mi padre comenzó a colaborar con la
Sociedad de Fomento del Barrio, entre sus logros estuvo en conseguir un
convenio con la empresa de recogida de basuras, para que entregase a dicha Sociedad
una cantidad equis de árboles por cada tonelada de basura recogida, esos
árboles servirían para repoblar calles y parques del ámbito barrial, bastante
extenso por cierto.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En la acera donde vivía existía un alcorque vacío donde
habían intentado prosperar alguna vez pequeños retoños de árboles que plantó la
municipalidad. Junto al edificio había un Kiosco en la planta baja, que vendía
sandwiches, bebidas y golosinas a los
paseantes, a los alumnos de las escuelas cercanas y los días de fútbol a los
asistentes al partido en el Monumental.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El dueño del kiosco, conociendo la colaboración de mi padre
en la Sociedad de Fomento, le pidió que porqué no plantaban un árbol así los
que pasaban por su kiosco podrían comerse su sándwich o tomarse su bebida a
gusto bajo la sombra de él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mi padre hizo alguna gestión y consiguió un hermoso
jacarandá para ese lugar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A medida que
transcurrieron los años el árbol creció tanto que sobrepaso la altura del
edificio de tres plantas. Todas las primaveras hacia noviembre ofrecía su floración
morada, que se repetía más modestamente en marzo, antes de entrar el otoño.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace más de 13 años mi padre enfermó de miastenia gravis y
poco a poco su vida se fue haciendo más difícil. Conservaba la disciplina
matutina de pasear por el balcón del frente de la casa, para hacer sus
ejercicios, y en tiempo caluroso se sentaba a observar la vida de la calle.
Siempre me contaba por Skype cuando florecía el jacarandá, seguía muy de cerca
su evolución y crecimiento, las podas a las que le sometía la municipalidad,
los retrasos en las flores o en las hojas, observaba las aves que allí se posaban,
era su pequeño orgullo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace un año y cuatro meses que mi padre falleció, esa primavera hacia noviembre
el jacarandá no floreció más, ni dio hojas.<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%;">Ayer me contó mi madre que una tormenta lo abatió,
posiblemente estaba ya gravemente enfermo y la pudrición por hongos lo había
atacado. El jacarandá cayó sobre la reja de la casa, provocando daños menores.
Mi madre descubrió el hecho cuando escuchó a las motosierras municipales
cortarlo en trocitos. </span><br />
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%;"><br /></span>
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%;">Y como un signo,
un saludo de despedida, unas ramitas cayeron sobre el balcón, justo dónde mi
padre se sentaba a observarlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 11.0pt; line-height: 107%;">!9 de febrero 2020</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-24682306680394922302019-07-29T19:11:00.001+02:002019-07-29T19:12:43.985+02:00Una cabezadita<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Oí tus pasos por el pasillo, lentos, arrastrando las
zapatillas y las ruedas del andador, así te recordaba del mes de abril cuando
tu 90 cumpleaños. Pero oir esos pasos me extrañó, llevas ocho meses muerto y te
veo venir por el pasillo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me dices que estamos en la misma dimensión por eso puedo
verte y oírte. Me tocas con tus dedos transparentes. Todo sigue en su lugar, la
cama, la cómoda con el espejo, las fotos viejas y desteñidas en tu mesita de luz, el anotador y el lapicito que usabas por las noches para que las ideas no
se te volaran.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y fue un instante nomás, en que me quedé dormido a 120
kilómetros por hora, y que si no fuera por el bocinazo de ese camión enorme y el volantazo,
estaría ahora mismo buscándote en esa otra dimensión.<o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<br />
29-07-2019Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-6844588171018394892019-03-29T14:48:00.000+01:002019-03-29T14:48:33.887+01:00El remisero fotógrafo<br />
<div class="MsoNormal" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Me está esperando allí con un cartel que me nombra con una
letra gruesa, decidida, hecha con esos marcadores para rotular precios; entre
el tumulto de gente a la salida del aeropuerto, un hombre grandote, obeso. Me
acerco y nos miramos, soy el que esperas, le digo. Extiende su sonrisa y me
dice, - tengo el auto un poco lejos, tenemos que caminar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hace un ademán de llevarme la maleta, pero le digo que no
hace falta que llevo solo esta mochila como equipaje. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llega hasta el pie del auto, agotado, le falta el aire. Saca
la llave del auto y se le cae una pequeña fotografía del bolsillo . Una
fotografía de hace mucho tiempo, en blanco y negro una chica preciosa se asoma
a una ventana, la cortina entreabierta su mirada desafiante y seductora.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Me fumaría ahora un cigarrito pero hace un año casi me
muero por el tabaquismo. Salí milagrosamente de un coma. No tengo palabras de
agradecimiento a todo lo que hicieron los médicos, dice Rodolfo con su mirada
sincera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La enfermedad le cambió la vida, tiene 63 años. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me pregunta que hago en Buenos Aires,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-porque sos de acá ¿no?<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Si pero me fui hace años, vivo en España.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Y que hacés allá?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Trabajé como arquitecto, ahora me dedico a la fotografía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Veo por el retrovisor central del coche que su expresión
cambia, se ilumina, no se muy bien si por los reflejos de los autos que atestan
la autopista o de una luz que emana de su interior con la sonrisa afable y
melancólica que esboza.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Contame, porqué sonreís así.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
- Cuando tenía 17, 20 años fui socio del Fotoclub Buenos
Aires. Mi pasión era la fotografía. Hacíamos muchas salidas, concursos….<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En un viaje fotográfico que hicimos a San Juan, mientras
hacía fotos al voleo, me cuenta, en eso veo a una piba asomada a una ventana.
Le hice una foto preciosa. No se si me enamoré por la foto, pero el flechazo
fue instantáneo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hablaron, salieron y comenzaron una relación básicamente
epistolar, separados por más de mil kilómetros de distancia mantenían el fueguito
carta tras carta. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Viajó varias veces a
verla , pero la distancia, la miseria, y la dictadura recién instalada en el
país hicieron la relación imposible y todo fue desvaneciéndose en el olvido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pasaron más de 40 años y Rodolfo durante la crisis de su enfermedad,
va recuperando la memoria de lo vivido. Él ha enviudado hace años y sus hijos
ya son mayores, se mantiene laburando con el remis desde el corralito de 2001,
cuando se hundió la economía domestica de muchísima gente. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
De vuelta en casa, encuentra una vieja agenda con teléfonos
, allí guarda el número de la casa familiar de Aída.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Encuentra también un álbum con viejas fotos
que él mismo revelaba, y entre ellas la foto de la ventana. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Decide probar suerte y llamar a ese número de la ciudad de San
Juan. Consigue hablar con una prima de Aída que vive en esa casa. Por ella se
entera que está casada, tiene hijos y que su marido era “jugador”, la maltrataba
pero que ya ha muerto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces Rodolfo decide agarrar el auto y viajar hasta San
Juan, a intentar encontrarse con su viejo amor. Lleva consigo las cartas y
algunas de las fotos que se hicieron juntos y la foto de la ventana.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Una vez en San Juan, va a la casa familiar y allí le espera
la prima de Aída. Sorprendida al principio no sabe que decirle pero luego
accede a concertar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un encuentro entre
ellos dos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Quien sabe después de tantos años, y tanto sufrimiento con
su marido….<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces Rodolfo vuelve al hotel y espera la llamada. Por la
tarde<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>le dice la prima que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vaya a su casa que le esperan allí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Raudo va a su encuentro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
-Estaba radiante, bellísima, como cuando la conocí, empecé
hablarle tumultuosamente sin coordinar bien las palabras. Saqué las cartas, las
fotos. Ella me miraba sonriente sin decirme nada sin contestarme. Hojeaba las
fotos las cartas con su letra manuscrita, se diría que las acariciaba, mi
corazón saltaba como en mi juventud. Y entonces ella me dice<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- No me acuerdo de nada. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces su prima se me acerca y me dice, que hace tiempo
que padece Altzheimer y que se le ha borrado la memoria.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿Y sabe ud?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-¿qué? Le pregunto<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde hace tres meses viajo el último fin de semana de cada
mes a San Juan a verla , le llevo flores y bombones y esta foto que se me cayó
hace un rato sobre el asfalto del estacionamiento, la foto con la que me
enamoré de Aída, con la secreta esperanza que ella haga su milagro de
devolverle la memoria.<o:p></o:p></div>
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Buenos Aires, agosto 2017<o:p></o:p></div>
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-26005244417991007662016-07-19T17:21:00.003+02:002016-07-19T17:39:18.978+02:00Una clase de fotografía<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNxb2Ed6nNc5ojdlc4N4OqeZnyIIBA68hurWxdJmOYhg6rHeNtxKred-t3mQU-JCB3ulyQskl5A40YcQy5FldETkHCRqJSM9-XjMgIVvgT9eJc3MVnQnCQNQBoCpxVgrstJX7RpJm0x8Ta/s1600/_MG_5932.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNxb2Ed6nNc5ojdlc4N4OqeZnyIIBA68hurWxdJmOYhg6rHeNtxKred-t3mQU-JCB3ulyQskl5A40YcQy5FldETkHCRqJSM9-XjMgIVvgT9eJc3MVnQnCQNQBoCpxVgrstJX7RpJm0x8Ta/s320/_MG_5932.jpg" width="213" /></a>En 1992 fui invitado de Cruz Roja, para colaborar en un
programa cultural con los presos de la antigua cárcel de Segovia. Mi trabajo
consistía en dar un taller de fotografía durante 1 hora y media con un grupo de
presos. Lo curioso era que no podíamos utilizar ningún tipo de cámara
fotográfica para el taller, por lo que me las ingenié para hablar de fotografía
sin cámara. Empecé llevando una colección de postales y fotografías en pequeño
formato. Formábamos una rueda de unos 15 a 20 muchachos, a las que yo me
agregaba como uno mas. sobre el suelo esparcía las postales y luego , con mucha
dificultad, intentaba que ellos hablaran sobre esas postales..Era muy difícil
porque esas postales mostraban paisajes que nunca habían visto y que
seguramente no verían jamás.Como no funcionaba, lo intenté infructuosamente con
recortes de revistas y periódicos. Nada,la cerrazón era casi total.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Entonces decidí que lo mejor era que ellos hablaran de su
fotos, de las que conservaban en sus celdas, como quien guarda un tesoro. Cada
reunión era en torno a las fotografías
que cada uno iba trayendo. Así cada uno podía contar su historia, muy
despacio, con cautela se iban abriendo a los demás, mostraban fotos de sus
familias, novias, amigos que daban pie a seguir hablando de las condiciones en
que vivían en ese momento y en la prisión
El trabajo se interrumpió y se malogró por la propia dirección penitenciaria
que adrede incorporó a dos presos de ETA en el grupo, éstos entraron a saco a
boicotear este trabajo de hormiga. En el taller habíamos avanzado hasta el
nivel de conseguir un permiso especial para introducir una cámara cargada con
película y ellos pudieran retratarse los unos a los otros.<o:p></o:p></div>
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Los años han pasado desde 1992, la antigua cárcel ha perdido
su función penitenciaria para ser reciclada como centro de creación cultural. <o:p></o:p></div>
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En el último mes alberga una bien cuidada exposición de
fotografías de la España de los años 50 realizada por el director de cine
Carlos Saura. Aunque sea extraño albergar fotografias en celdas convertidas en
sala de exposiciones, éstas en particular de una vida en una España desconocida
para mi, entre la represión del régimen, el clericalismo y la pobreza de la
posguerra, me pareció adecuado que se mostrasen en éste ámbito propio de esos
años. <o:p></o:p></div>
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Cuenta Carlos Saura que su iniciación a la fotografía fue
muy temprana por imperativo amoroso, a los 9 años hizo una fotografía (su primera
fotografía) de una niña de la que se había enamorado. Decidió mostrarle su amor
y a escondidas le hizo una fotografía. La foto le salió movida y desenfocada,
pero se la envió igual con una carta, que nunca fue respondida. Dice que
aprendió dos cosas: el valor de la fotografía como testimonio y lo frágiles que
son los sentimientos.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidzg52kAr2hZ0RK67Dhc4UNAgo9T9JnsP3hwTlZ7Jg8oEcUB_dXL4jqZZNJadwN5roKMJkB7Lu9IEdV8VfgAbN8SSam1hDTAEXt3W-5gkTPHH240tbb2cn9OPX7TGr5zL-8719WKts2025/s1600/13689282_10209791464688516_1495202453_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidzg52kAr2hZ0RK67Dhc4UNAgo9T9JnsP3hwTlZ7Jg8oEcUB_dXL4jqZZNJadwN5roKMJkB7Lu9IEdV8VfgAbN8SSam1hDTAEXt3W-5gkTPHH240tbb2cn9OPX7TGr5zL-8719WKts2025/s400/13689282_10209791464688516_1495202453_n.jpg" width="400" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
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La semana pasada asistí a la visita guiada de esta exposición fotográfica. La visita fue guiada por Gael
Zamora, quien nos contó esa historia de Saura para dar comienzo a la misma. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Todo el tiempo mientras observaba las imágenes en las
paredes tenía la sensación de estar asistiendo a la revelación de uno de los
tantos álbumes de familia, de un país que se obstina en olvidar, en dejar su
pasado en las cunetas de la historia. (Patricio Guzmán, cineasta y
documentalista chileno, siempre dice que un país sin documentales sobre su
memoria histórica es como una familia sin álbumes fotográficos). <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ya al finalizar nos muestra la foto que ilustra este parte
del relato. habíamos visto que casi todas las fotografías de la exposición
conservan un punto de vista que está a la altura de las gentes fotografiadas,
dándoles gran cercanía, proximidad y también respeto por esas personas.(A mi me
recordaban la manera de filmar en sus películas).<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero esta imagen está hecha desde un punto de vista bajo, es
cierto que el sol podría haber oscurecido los ojos de la muchacha que sonríe,
pero en la exposición del fotograma se ve que ha cuidado que la sombra aparezca
clara para que se vean unos ojos transparentes y con cierto brillo que acompaña
la sonrisa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tengo la sospecha que Saura se había enamorado de la belleza
de esta mujer labradora, El bajo punto de vista la realza le da prestancia y
muestra su belleza, tiene algo de film épico ruso o incluso japonés de Akira
Kurosawa.<o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero dejando de lado las referencias fílmicas y
fotográficas, ahora pienso en su experiencia, y en su recuerdo de los 9 años,
la foto hecha desde abajo es la mirada de ese
niño que Saura fue alguna vez..<o:p></o:p></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-69881632858622035822016-02-19T14:14:00.001+01:002016-02-19T14:22:03.985+01:00Hermano humano, hermano perro.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-dk0UnV829MaopiKCqfqqs0-xyB1XYHFqEhKMB0LoHpo-Jdi6hvmjfUebac8Ye-zYSN6Rx6U5OQTvTTrLRCw6JnFjCIgeBk-9AYasgJOxPvk_qZlgqB_e5Kq9Ny5_2ZR27Bsw7j3aYFvp/s1600/418+hermanos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-dk0UnV829MaopiKCqfqqs0-xyB1XYHFqEhKMB0LoHpo-Jdi6hvmjfUebac8Ye-zYSN6Rx6U5OQTvTTrLRCw6JnFjCIgeBk-9AYasgJOxPvk_qZlgqB_e5Kq9Ny5_2ZR27Bsw7j3aYFvp/s400/418+hermanos.jpg" width="400" /></a></div>
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<br /></div>
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El viento recio del lunes arrancó un chopo de cuajo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
No supe que era un signo premonitorio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Se bamboleó suavemente hasta caer,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
como el cuerpo cansado de ese boxeador vencido.<o:p></o:p></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
El jueves en tu decisión final, herido, asqueado de este
sistema victimario, <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
convertido en el espejo donde no queremos mirarnos,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
decidiste inmolarte emulando a "Doménico"<br />
en un acto terrible, simbólicamente purificador.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
Dejaste muchas preguntas sin contestar,<o:p></o:p><br />
a esta sociedad enferma de egoísmo,</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
y a “lobito” que te
busca sin entender <o:p></o:p></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
adónde te fuiste.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<span style="font-size: x-small;">Basardilla, 19 de febrero 2016 ( en memoria de David)</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-48008072548146643092014-02-25T20:12:00.001+01:002014-02-25T20:14:27.193+01:00Buenas tardes<p><a href="http://lh6.ggpht.com/-Obla7Gn4tJk/UwzrCe2kNYI/AAAAAAAAMPY/xx-PyL_cZ3w/s1600-h/DSCN6384%25255B6%25255D.jpg"><img title="" style="border-top: 0px; border-right: 0px; border-bottom: 0px; float: none; margin: 30px 0px 0px; border-left: 0px; display: block" border="0" alt="" src="http://lh6.ggpht.com/-3R_MasIvmVU/UwzrDuTzuBI/AAAAAAAAMPg/R1sODF2PerA/DSCN6384_thumb%25255B4%25255D.jpg?imgmax=800" width="244" height="322" /></a></p> <p> </p> <p> </p> <p>- Buenas tardes doctor.</p> <p>¿……………………………..</p> <p>…………………………….?</p> <p>El sigue escribiendo como si nada.</p> <p>- Siéntese..</p> <p>Me siento y lo observo escribir, hace un ruidito sordo al apretar el bolígrafo sobre el papel, es muy joven, se le ve inexperto pero con un aire de superioridad…</p> <p>Mientras, relojeo mi expediente abierto sobre el escritorio… <i>Antecedentes</i>, alcanzo a leer..</p> <p>Termina de escribir , le entrega el formulario a la enfermera, que lo pone en una pila de formularios idénticos.</p> <p>Agarra mi carpeta y empieza a leer, pronunciando entredientes… adenocarcinoma de próstata, Gleason 7…, hojea rápidamente el expediente, pasando de atrás adelante , informes, imágenes, pruebas, sin leerlas o pasando su mirada por encima.</p> <p>- ¿le han dado radioterapia ?</p> <p>- Si 29 sesiones durante el verano de 2012.</p> <p>- ¿Y se inyecta algo?</p> <p>- Si Eligard semestral</p> <p>- ¿Y que tal orina?</p> <p>- Bien, aunque frecuen… me corta</p> <p>- Ajá</p> <p>- Bien, veamos la anali-ti-ca,… mmmm…</p> <p>Yo observo su peinado azabache, a la gomina y unas gafas de pasta que le dan cierto aire de Clark Kent.</p> <p>- ¿todo bien dr.? Pregunto preocupado.</p> <p>- Todo bien . Contesta.</p> <p>- ¿Y el PSA?</p> <p>Con el roller del ratón baja la pantalla del monitor que apenas alcanzo a fisgar.</p> <p>- 0,02, está bien.</p> <p>Yo me afano en ver otros valores de la analítica y el me mira extrañado, molesto da un giro al monitor y en una mirada  cómplice con la enfermera da paso a su venganza : </p> <p>- vamos a hacerle un tacto rectal.</p> <p> </p> <p>Juan C.Gargiulo</p> <p>Segovia, 25 de febrero de 2014</p> Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-8259718966212884122013-07-23T22:26:00.001+02:002013-07-23T22:26:25.198+02:00En una hora<p align="justify"> </p> <p align="center"><a href="http://lh3.ggpht.com/-y0CS13kg4iM/Ue7m65rFkhI/AAAAAAAALgU/7oX7DFlV2Nk/s1600-h/157%252520el%252520bostezo%252520de%252520la%252520cajera-2%25255B4%25255D.jpg"><img title="157 el bostezo de la cajera-2" style="border-top: 0px; border-right: 0px; border-bottom: 0px; float: none; margin: 25px auto 0px; border-left: 0px; display: block" border="0" alt="157 el bostezo de la cajera-2" src="http://lh4.ggpht.com/-R5P9_sOxyfs/Ue7m727ONCI/AAAAAAAALgc/0Qx7RVIP7J8/157%252520el%252520bostezo%252520de%252520la%252520cajera-2_thumb%25255B2%25255D.jpg?imgmax=800" width="406" height="311" /></a> <font size="1"><em>la cajera Buenos Aires 1980</em></font></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">¿Y ahora que hago, mientras vos estás en el osteópata arreglándote los entuertos y entreveros de tu espalda?   Un poco desorientado me senté en un banco al pie del portal a esperarte. </p> <p align="justify">La brisa fresca de la tarde y los aspersores se llevaban el aliento tórrido que circulaba entre los bloques de pisos. </p> <p align="justify">En un banco cercano un pibe trasteaba con un móvil y al otro lado dos comadres chimenteaban de lo lindo.</p> <p align="justify">Me levanté y dije voy a aprovechar esta horita y me voy al supermercado que hay varias cosas por hacer. </p> <p align="justify">Aparqué a la sombra, y entré a ese lugar tratado con aire acondicionado y perfumes baratos de nombres caros. </p> <p align="justify">Distraídamente me acerqué a la tienda de gafas para preguntar sobre unas progresivas o unas bifocales, estoy un poco harto de llevar colgando del cuello las de cerca y las lentillas que en verano hacen que mis parpados sean como de escayola. </p> <p align="justify">Al salir de la tienda me encontré con Fermín, viejo amigo de Segovia, intercambiamos impresiones sobre la mishiadura actual y la que se avecina. <i>“Pensar que cuando llegué a España me pareció todo bien alfombradito y veintitrés años después se nos ocurrió levantar la alfombra y mirar debajo”… </i></p> <p align="justify">Dentro del “súper” seguía yo distraído buscando un artilugio para el ordenador que reemplace al averiado, y en eso la veo: una enorme góndola cargada de libros de saldo, me acerco, prudente, reprimiendo ese impulso que me llevaba a estar horas y horas en las librerías de la calle Corrientes, hurgando, hojeando, leyendo, saboreando cada frase, cada verso, redescubriendo a Arlt, Cortázar o Borges. </p> <p align="justify">A primera vista parecía decepcionante, muchos libros infantiles pero de los malos, esos que tienen nula imaginación y peores ilustraciones, algunos de autoayuda, viajes , gastronomía etc… Miro la hora en el móvil y veo que tengo todavía tiempo, así que me zambullo en las aguas turbias de la góndola a ver que encuentro. A poca profundidad un librito precioso del fotógrafo Joan Fontcuberta sobre la película de Antonioni:<i> Blow Up. </i>A pocos centímetros en otro clasificador Roberto Arlt, me llama doblemente con <i>el desierto entra en la ciudad</i> <i>y la isla desierta.</i> La cosa se pone linda, como en un fondo coralino, cuando aparece un libro que buscaba hace años: <i>poéticas del espacio.</i> Y cuando ya decidí salir a la superficie a tomar aire, Nicolás Guillén me agarra de un dedo con <i>El son entero y otros poemas.</i></p> <p align="justify">A esta altura me olvidé de otras cosas necesarias como la comida y demás, me sentía yo mismo,inconscientemente satisfecho.</p> <p align="justify">Al llegar a la caja me acomodo en la fila de los que llevamos menos de 10 artículos, vamos la “caja rápida”. Una chica bajita que ya me atendió otras veces, realiza sus movimientos rutinarios y mecánicos, recogiendo cada artículo de la cinta transportadora para pasarlo por el lector de los códigos de barras, se oyen los sonidos electrónicos de las operaciones y las mismas frases con cada cliente: ¿lleva bolsa?, ¿tarjeta travel?, ¿no quiere una bandeja de donuts de oferta?, y así con cada cliente.</p> <p align="justify">Cuando me llega el turno pasa los libros por el lector, como si fueran cualquier producto. ¿Lleva bolsa?, ¿tarjeta travel?, ¿quiere una bandeja de donuts?.</p> <p align="justify">Mientras ella espera mi respuesta agarro el libro de Guillén, abro al azar una página y le leo :</p> <p align="justify"><i>Arde la guitarra sola,</i></p> <p><i>mientras la luna se acaba;</i></p> <p><i>arde libre de su esclava</i></p> <p><i>bata de cola.</i></p> <p><i></i></p> <p>¿A que es bonito? digo yo.</p> <p>Boquiabierta balbucea : son catorce euros con quince céntimos.</p> <p> </p> <p>Juan C. Gargiulo</p> <p>Basardilla 23 de julio de 2013</p> Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-45458539823622601982013-05-18T12:34:00.001+02:002013-05-20T19:06:49.077+02:00….y se murió nomás (no – más)<p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="http://lh5.ggpht.com/-JFtiteHwfqM/UZdZSPU96LI/AAAAAAAALMs/Z4VRWgltzfo/s1600-h/Arbole%25252002%25255B6%25255D.jpg"><img style="border-right-width: 0px; margin: 25px auto 0px; display: block; float: none; border-top-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px" title="Arbole 02" border="0" alt="Arbole 02" src="http://lh5.ggpht.com/-kPNmEjk1mTQ/UZdZT63evhI/AAAAAAAALM0/6rLfQn5flB4/Arbole%25252002_thumb%25255B4%25255D.jpg?imgmax=800" width="332" height="466" /></a></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Ayer me llegó la noticia de su muerte. </p> <p align="justify">Una sensación extraña me recorrió, como si algo más muriera con él. No me puedo alegrar de su muerte, aunque entiendo que sea la alegría la que surge en muchísima gente, incluso entre mis amigos y familiares.</p> <p align="justify">Y no me alegro porque eso que se muere con él es la identidad, si la identidad de mucha gente que bajo su mando, entró en la categoría siniestra de desaparecidos, porque fue él el que les dio esa identidad nombrándolos así, escondiendo los crímenes en esa denominación. Pero también se muere con él la identidad de mucha otra gente viva , que no conoce su origen. Dificultando una vez más la posibilidad que los familiares recuperen algo de sus seres queridos desaparecidos. Pero también nuestra identidad fue robada,  nuestra identidad clandestina, rebelde, resistente.</p> <p align="justify">Y no me alegro porque él contribuyó junto a los otros poderes del país a anestesiar por largo tiempo a la ciudadanía argentina, por el terror sutil, apoyado en el autoritarismo ancestral que ya estaba enraizado en la gente. Porque desestructuró, destejió las tramas del pueblo. </p> <p align="justify">El miedo</p> <blockquote> <p align="justify">                                            Los exilios</p> </blockquote> <p align="justify">                     Las rupturas</p> <p align="justify">                                                                   El desarraigo</p> <p align="justify">             La des-identidad</p> <p align="justify">                                                Los silencios</p> <p align="justify">          Los secretos</p> <p align="justify">                                   La despersonalización</p> <p align="justify">Por algo será…</p> <p align="justify">Sin que todo esto  haya sido  reparado, restañado, recuperado.        Y no me puedo alegrar porque el sistema de dominación que lo engendró sigue generando dolor y destrucción en el mundo.</p> <p align="justify">Sólo me puedo alegrar , que en un país con una democracia maltrecha, pero mucho más cercana a la gente, una lucecita de justicia se ha encendido, con la lucha continuada y tenaz de los organismos de Derechos Humanos, se ha abierto nuevamente la esperanza , ya no sólo de justicia sino de retomar la vida perdida.</p> <p align="justify">Ojalá mueran con él el autoritarismo, la complicidad de los poderes económicos, de la Iglesia, y de gran parte de la sociedad, que ante su propio miedo a la vida, a lo desconocido, siempre reclamó mano dura para con los que nos atrevemos a vivir plenamente, y entregarnos de corazón a construir algo mejor para todos.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Juan C.Gargiulo </p> <p align="justify">Basardilla, Segovia, España, 18 de mayo de 2013</p> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-81743064645385622632013-01-07T22:25:00.001+01:002013-01-07T22:26:12.360+01:00despertar<p><a href="http://lh6.ggpht.com/-suiemH6sy4g/UOs9M-4XbDI/AAAAAAAAKUM/_Kpdt1q5IW4/s1600-h/pablo%252520..%25255B5%25255D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px" title="" border="0" alt="" src="http://lh6.ggpht.com/-Wc27y3F0Zjs/UOs9ORe1XSI/AAAAAAAAKUU/Oei3ehFDDXg/pablo%252520.._thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" width="380" height="526" /></a></p> <p align="justify">La noche había sido pesada, el cansancio acumulado y luego las veces que me levanto al baño. El insomnio y esas primeras luces de la mañana que se filtran por el balcón… me vuelvo a dormir.</p> <p align="justify">El roce suave de un beso sobre mi mejilla derecha, se repite por dos veces. Abro el ojo sano y allí estás de pie junto a mi cama, con la sonrisa ancha que te cruza toda la cara. </p> <p align="justify">Con tu pijama de rayas que parece un disfraz de víbora de coral, esa de los cuentos de Quiroga, me dices:</p> <p align="justify">- Papá ¿Bajas conmigo a ver que me trajeron los reyes magos? </p> <p align="justify">Mientras bajamos la escalera con sigilo, voy pensando que nuestros padres nos engañaron vilmente, los reyes magos no son los padres… son los hijos.</p> <p> </p> <p>Basardilla 7 de enero de 2013</p> Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-39325714318812608272012-07-26T19:44:00.001+02:002012-07-26T19:44:29.397+02:00Reyes Magos<p><a href="http://lh5.ggpht.com/-LabLLFBbWQA/UBGB8ox9JBI/AAAAAAAAI0s/9yLBJb2CKZI/s1600-h/escanear0080_thumb%25255B7%25255D%25255B4%25255D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px" title="escanear0080_thumb[7]" border="0" alt="escanear0080_thumb[7]" src="http://lh3.ggpht.com/-rRfi9s3E0OI/UBGB-qCzNHI/AAAAAAAAI00/SILF9HgoiUI/escanear0080_thumb%25255B7%25255D_thumb%25255B2%25255D.jpg?imgmax=800" width="253" height="363" /></a></p> <p align="center"><font size="1"><em>Ilustración Esturado Alvarez</em></font></p> <p align="justify">La llevaba viendo los últimos cuatro días en la sesión de radioterapia. Su mamá la miraba con devoción. Ella con la cabecita pelada, lucía todos los días un nuevo modelo de vestido. </p> <p align="justify">Pero hoy al llegar al centro de tratamiento no la vio por ningún lado. Avisó en recepción de su llegada, la recepcionista le apuntó e indicó que se sentara un momento a esperar. </p> <p align="justify">El miraba para todos lados pero no estaba. Pensó que quizá hoy le tocara venir por la tarde.</p> <p align="justify">Por el interfono le llamaron para entrar a su sesión diaria. Se levantó de su asiento cogió una bata y entró por el pasillo hasta la cabina para cambiarse. Todos los días la misma cabina, la que está frente a una hermosa gigantografía de un árbol. Cuidadosamente dejó la ropa de calle y se puso la bata. Al salir oyó su nombre y sus pasos se encaminaron hacia el acelerador lineal para recibir su dosis diaria de radiación. Por el pasillo miró una vez más a ver si la veía.</p> <p align="justify">Tras los quince minutos de la sesión se levantó, se despidió amablemente de los terapeutas, y volvió a la cabina para dejar la bata y vestirse de calle nuevamente. Pensó que al salir se dirigiría a la recepcionista, le pediría un sobre y un trozo de papel, para encomendarle un recado. Pulsó entonces el botón de la puerta automática que separa la zona de tratamientos de la sala de espera, y al abrirse, allí estaba ella, bailando para su doctora que la grababa con un teléfono móvil. </p> <p align="justify">Entonces, sin molestarla, se apoyó en un asiento y sin dejar de mirarla sacó de su mochila una tarjeta. Se acercó a la madre que miraba maravillada a su hija y le pidió un minuto de su atención. Con una voz apagada, acercando los corazones, le dijo que en su pueblo todos los años vienen los reyes magos, éstos traen regalos para los niños, pero éste año han dejado esta tarjeta con un dibujo de los tres reyes magos, y una frase : <i>os deseamos que recibáis todo lo que la vida os dé.</i> En el reverso de la tarjeta otro regalo: la dirección web de un video revelador sobre el cáncer y el nombre y el teléfono de ese oncólogo infantil , por si alguna vez lo necesitaran. </p> <p align="justify">El vio que los ojos de la madre se llenaban de brillo. Se despidieron con dos besos y cuando él se dio la media vuelta, escucho a la madre llamar a su hija: ¡princesaaa! </p> <p align="justify">Al salir él se sintió como un rey mago caminado bajo el calor del mes de julio.</p> <p> </p> <p>Juan C. Gargiulo</p> <p>Basardilla, verano 2012</p> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-49831216250950000572012-06-04T13:25:00.001+02:002012-06-04T13:30:27.862+02:0018<p> </p> <p><a href="http://lh5.ggpht.com/-MgLG00PquGw/T8ybK82dnPI/AAAAAAAAIkM/gMMl3sptiiI/s1600-h/584%252520%25252018%252520a%2525C3%2525B1os%25255B5%25255D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px" title="" border="0" alt="" src="http://lh4.ggpht.com/-CgTgQ5euoFI/T8ybL5TE42I/AAAAAAAAIkU/TfGb_xVQ8Jk/584%252520%25252018%252520a%2525C3%2525B1os_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" width="365" height="431" /></a> </p> <p> </p> <p>Un viento cálido ,  de verano </p> <p>te trajo entre nosotros.</p> <p>En el sereno vendaval de tu vida</p> <p>nos devolviste el amor entregado.</p> <p>Una tarde ante una oreja de cartón piedra</p> <p>me preguntaste:</p> <p>¿A dónde van los secretos?</p> <p>Hoy sé que los secretos</p> <p>van directamente</p> <p>al corazón.</p> <p> </p> <p>Basardilla, 4 de junio de 2012</p> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-14069661444977925402012-02-09T14:48:00.001+01:002012-03-07T10:56:53.047+01:00Las hojas de tus manos<br />
<a href="http://fotosemanal.blogspot.com/2012/02/560-las-hojas-de-tus-manos.html"><img alt="mano Claudia" border="0" height="283" src="http://lh4.ggpht.com/-GIbn5bL2tAM/TzPOn-Txl3I/AAAAAAAAIBc/kmtSSggYET4/mano%252520Claudia.jpg?imgmax=800" style="border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-top-width: 0px; display: block; float: none; margin: 10px auto 0px;" title="mano Claudia" width="410" /></a> <br />
En la penumbra de la mañana, <br />
bajo los peldaños para iniciar el ritual. <br />
Enciendo la luz, saco los cacharros, <br />
y antes de poner la cafetera, apreto el botón de la radio. <br />
Suena tu voz , Flaco, a 12.000 km de distancia : <br />
<br />
<i></i><br />
<i>Todo camino puede andar</i><i> <br />Todo puede andar <br />Con esta sangre alrededor <br />no sé que puedo yo mirar <br />la sangre ríe idiota <br />como esta canción <br />¿ante qué?</i> <br />
<br />
Así tengo la certeza de tu partida… <br />
<i></i><br />
<i>Si quiero me toco el alma</i><i> <br />pues mi carne ya no es nada. <br />He de fusionar mi resto con el despertar <br />aunque se pudra mi boca por callar.</i> <br />
<br />
Tus manos son las hojas de los árboles,<br />
de una primavera que no volverá. <br />
El azul, <br />
que buscábamos incansables a la orilla del río marrón, <br />
<br />
tiñe la nube de la memoria, <br />
<br />
Sin saber que muchos años después nos convertirá en barro, o tal vez<br />
<br />
en canción.<br />
<br />
<br />
Basardilla, 9 de febrero de 2012Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-77986663221542394532011-12-10T17:22:00.000+01:002011-12-10T17:27:03.495+01:00Jardín Secreto<a href="http://lh4.ggpht.com/-XoExjlggChI/TuOHXlJ6bMI/AAAAAAAAHxs/iiGDqisFH4g/s1600-h/huerta%25255B5%25255D.jpg"><img alt="huerta" border="0" height="299" src="http://lh6.ggpht.com/-uTBbFCOFpz4/TuOHYoo4GyI/AAAAAAAAHx0/gaoDbnU4CQU/huerta_thumb%25255B3%25255D.jpg?imgmax=800" style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; border-right: 0px; border-top: 0px; display: block; float: none; margin: 35px auto 0px;" title="huerta" width="295" /></a><br />
<br />
<br />
<div align="justify">
Vengo de los ríos que dan al mar.</div>
<div align="justify">
Mi bisabuela Blanca cultivaba una huerta en Savona, Génova. También mi bisabuelo Manuel, en Meixome, Pontevedra. </div>
<div align="justify">
Mis ancestros que emigraron a Buenos Aires, tuvieron huerto y puesto de verduras en el mercado.</div>
<div align="justify">
Mi abuela, Mercedes, tuvo un pequeño huerto en el fondo de casa, allí jugábamos con mi hermano a cavar hoyos junto a sus zanahorias, rabanitos y lechugas.</div>
<div align="justify">
A principios del año dos mil, sentí la llamada de la tierra,… la de trabajar en ella. </div>
<div align="justify">
Carmelo, que tanto ama su huerta, nos dejó, a Lucho y a mi, un trocito de tierra baldía junto a unos invernaderos semi-abandonados. </div>
<div align="justify">
Construimos un puente con troncos de un viejo chopo para cruzar la cacera que separaba este rincón de la gran huerta de Carmelo.</div>
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Desbrozamos la tierra, la roturamos, la preparamos y plantamos allí nuestras semillas. El agua discurría generosamente por la cacera.</div>
<div align="justify">
Toda una primavera y un verano fuimos viendo como crecían, las lechugas y tomates, los calabacines y judías, los repollos, las berzas, acelgas …</div>
<div align="justify">
En los invernaderos contiguos la maleza, por enésima temporada crecía entre los rastrojos de las estaciones anteriores.</div>
<div align="justify">
Nítidos insectos se sumaban a la escena.</div>
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Una tarde cercana al verano, mientras esperaba que bajara el agua para ir regando las tablas, empecé a ver por primera vez. </div>
<div align="justify">
De tanto mirar y esperar, empecé a ver. Mi vista nunca ha sido muy buena. Quizá el calor de esa tarde, la mirada distraída, el disfrute del color y el ambiente apacible me ayudaron a ver. Allí estaba , en los restos de uno de los invernaderos, un jardín escondido, florecía para mi.</div>
<div align="justify">
De la mochila saqué mi cámara y comencé a registrar lo que sucedía con la luz de la tarde, sin comprender muy bien lo que estaba sucediéndome.</div>
<div align="justify">
Otro día continué con las luces de la mañana. A lo largo del verano fue incrementándose el número de fotografías, hasta que, cansado de ello, dejé que el jardín siguiera su curso. </div>
<div align="justify">
Me dediqué a contemplarlo tranquilamente. </div>
<div align="justify">
Pero una mañana muy temprano, en otoño, el jardín se volvió a revelar, a mostrar un nuevo esplendor, el de la vida que muere para que otras vidas se desarrollen efímeramente. </div>
<div align="justify">
Esa mañana retomé el trabajo abandonado en el verano. Lo retomé con fruición, porque ya sentía una íntima conexión entre lo que iba registrando y mi ser interior. Era como si ese jardín fuera una proyección externa de lo esencial. Algo que tiene que ver más con la sintonía entre el interior y el exterior, que con un momento frágil de un lugar determinado.</div>
<div align="justify">
En fotografía existe un instante mágico, el revelado, cuando la imagen latente en una emulsión fotográfica, por acción de la química y otras cosas, lentamente se hace visible. </div>
<div align="justify">
Así me sentía, como si mi espíritu fuera esa emulsión que se estaba sometiendo a un proceso que se revelaba en mi. </div>
<div align="justify">
Las fotos, un vano intento de registrar esos instantes, de atraparlos, para luego dejarlos escurrir entre los dedos, y entre las miradas de todos vosotros.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
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Juan C. Gargiulo , Basardilla 10 de diciembre de 2011.</div>
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<br /></div>
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en<a href="http://librosdemacachines.blogspot.com/2011/12/jardin-secreto.html"> Libros de Macachines, Jardín Secreto</a>.</div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-31358899158334527372011-04-25T15:09:00.001+02:002011-04-25T15:58:47.886+02:00El albaricoquero<p align="justify"> </p> <p align="justify"><a href="http://lh4.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/TbVynHkG56I/AAAAAAAAHD8/q7qZFtClg8A/s1600-h/12%20albaricoque%20-%20la%20canaleja%202%5B4%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px" title="12 albaricoque - la canaleja 2" border="0" alt="12 albaricoque - la canaleja 2" src="http://lh5.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/TbVyn6dQKQI/AAAAAAAAHEA/aQqL8KPOAgc/12%20albaricoque%20-%20la%20canaleja%202_thumb%5B2%5D.jpg?imgmax=800" width="238" height="343" /></a></p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Te lo tomaste como una pequeña venganza. </p> <p align="justify">Sabías que yo le tenía un especial cariño. El no tenía nada que ver con nuestra separación.</p> <p align="justify">Me llamaste  el verano pasado y me dijiste que el “Tano” vino un día con la motosierra, lo cortó en pedacitos, puso los trozos apilados en el lavadero, bien ordenados, y que si me interesaba, fuera por unas bolsas y me los llevara. </p> <p align="justify">Dijiste que había crecido demasiado, que ya molestaba. </p> <p align="justify">Por supuesto no tuviste en cuenta que él ya estaba allí antes de que llegarámos nosotros, y menos te acordarás de todo lo que nos dio.</p> <p align="justify">Cuando nos establecimos  y compramos la casa que fue justamente por ese jardín que daba un respiro al departamento, el primer año que vivimos allí, vimos su copa de flores de nieve y supimos que para el nacimiento de nuestro hijo daría sus frutos maduros. Nos albergó en el patiecito con su sombra, en las tardes de verano, y los niños jugaron en su territorio. Las mermeladas que preparé año tras año, en la cocina, mientras por la ventana él mecía sus ramas, cómplice del viento y mi mirada.</p> <p align="justify">Pero hoy, casi un año después, me decidí a recoger sus restos, no me los puedo llevar todos juntos, pero con la ayuda del pibe, poco a poco, en bolsas de plástico, me lo iré llevando.</p> <p align="justify">Esta mañana, que me levanté un poco más temprano, mientras la niebla de primavera, con su frío me helaba los huesos, abrí el baúl del auto y saqué las dos bolsas que traje ayer. Limpié la chimenea y organicé con el resto de los diarios y cartones un fueguito para ir calentando la casa. Mientras las chispas saltaban, fui agregando uno a uno esos tronquitos que el Tano cortó con tanto esmero. Mirando el fuego lamiéndolos dije para mis adentros una oración de agradecimiento.</p> Unknownnoreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-49796700013120919152010-10-22T20:49:00.001+02:002010-10-22T20:49:24.764+02:00La casa de la bruja Baba Yaga<p> </p> <p><a href="http://lh4.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/TMHcrx0vy4I/AAAAAAAAGaM/G0VALyt4K2Q/s1600-h/babayagachickenclawhut9og7%5B4%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px" title="babayagachickenclawhut9og7" border="0" alt="babayagachickenclawhut9og7" src="http://lh5.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/TMHcs0MUX2I/AAAAAAAAGaQ/2c0flzkoTnU/babayagachickenclawhut9og7_thumb%5B2%5D.jpg?imgmax=800" width="323" height="275" /></a> </p> <p align="justify">Hace mucho tiempo, en la antigua Rusia, en un bosque de abedules blancos de una tierra muy fría, vivía una anciana, huesuda, de cabellos color de plata y que andaba con una pierna normal y otra que era sólo hueso. A la anciana, temida por toda la aldea, se le reconocían dones y poderes extraordinarios. Algunos decían que dominaba los vientos, otros que era ella la que determinaba el cambio de las estaciones, o las lluvias, las mareas, las fases de la luna y hasta los eclipses. Los aldeanos le otorgaban un poder maléfico y hasta aseguraban que se alimentaba de niños y jóvenes. </p> <p align="justify">A esta anciana todos la conocían como la bruja Baba Yaga. </p> <p align="justify">Alguien la había visto volar por las noches en un mortero gigante y que la mano del mortero le servía para remar en el aire.</p> <p align="justify">En el bosque de los blancos abedules tenía su casa. Una casa extraordinaria. Era pequeña, de madera con el techo muy empinado, una sola puerta y una ventana redonda por donde se podía ver a la anciana pegada al cristal observando al mundo. Pero lo más interesante de la casa era que no se asentaba sobre el suelo , sino que dos enormes patas de gallina la sostenían y le permitían girar sobre sí misma y darle la espalda a algún visitante inoportuno y fisgón. Izbushka, así se llamaba la casa, guardaba un misterio en su interior. Los habitantes de la aldea afirmaban que entrar a la Izbushka era entrar a la antesala de la muerte, el paso sin retorno al inframundo. </p> <p align="justify">Lo cierto es que Baba Yaga había sido, en su juventud, una hermosa muchacha, se había enamorado apasionadamente de un joven soldado. De ese amor, nació una niña , que muy temprano conoció todas las penurias y privaciones. Su madre, Baba Yaga, la cuidó y crió con todo su amor, ya que el joven soldado, murió en la guerra absurda. Hiizo de madre y de padre, cultivó la tierra fría, aprendió a observar el cielo, y a extraer de las plantas todo lo que ellas querían darle. Hasta las piedras eran sus amigas. En esa joven maternidad ella llegó a sentirse parte de la tierra. Cuidó y crió a su hija en la más completa libertad. Así se ganó el odio de los aldeanos que no tardaron, con su ignorancia y envidia, en creer que la joven del bosque , era una bruja. </p> <p align="justify">Con los años la creencia se impuso a la realidad y se difundió por todo el país. Hasta el Zar creía que Baba Yaga era una terrible bruja, contaban de ella las historias más atroces. Hasta se escribieron cuentos para asustar a los niños.</p> <p align="justify">Ludmila, la hija de Baba Yaga, creció en ese ambiente hostil de los aldeanos, pero el amor de su madre no fue suficiente para retenerla en aquel lugar, y un día con el dolor de su alma se fue de allí a conocer el mundo. A su partida Baba Yaga, pintó encima de la puerta un hermoso gallo rojo, como conjuro que indicara un nuevo amanecer para su hija.</p> <p align="justify">El tiempo pasó y Baba Yaga, acumuló un enorme conocimiento de la vida. Mientras su casa en el bosque no dejaba pasar a casi nadie, sólo los que sabían hablarle eran los que podían acceder a ella. </p> <p align="justify">Al llegar se la encontraban escondida por las ramas de los árboles entonces sólo si sabían las palabras correctas, la casa giraba sobre las patas de gallina, y dando la espalda al bosque se abría a los elegidos. Era muy difícil de encontrar a la casa en el bosque ,ya que éste era muy extenso y todo poblado por la misma especie de abedules, que hacían que el viajero creyese que siempre estaba en el mismo lugar. Además la casa con sus patas de gallina , se movía y se escondía en la espesura si sospechaba algo de los curiosos que se acercaban.</p> <p align="justify">Ludmila se hizo una mujer adulta tuvo una hija y un día se encontraron camino de la aldea, a su paso escucharon las más inverosímiles leyendas acerca de Baba Yaga. Al llegar al límite de la aldea y el bosque no dudó en adentrarse en él en busca de la casa , Izbushka, la casa de su madre , la casa de la abuela de su hija. Caminando por el bosque enmarañado encontraron, al atardecer, entre ramas y hojas secas, la casa aposentada sobre las patas de gallina. Se pusieron frente a ella y Ludmila pronunció tres veces: <i>Izbushka, Izbushka, da la espalda al bosque y ponte frente a mi. </i>Mágicamente la casa se levantó y giró para mostrar la entrada, por la ventana se podía ver la sombra de Baba Yaga proyectada por la luz de un candil.</p> <p align="justify">Cuando entraron Ludmila encontró su hogar transformado, por todos lados había luz, plantas crecían en el interior y por el techo se veían las estrellas y otros mundos, en el suelo la tierra húmeda les invitaba a descalzarse, un perfume suave las llevó al lecho de Baba Yaga. Ella yacía muy viejita ya , esperando la llegada de su hija y su nieta, tenía un legado importante que dejarles, el secreto que guardaba su casa. Para ello Ludmila debía formularle cien preguntas, esas cien preguntas tendrían su respuesta, pero cada respuesta envejecería a Baba Yaga, un año más. Ludmila se resistía a formular las preguntas, porque entendía que al responderlas su madre moriría. Baba Yaga la miró fijamente, su mirada le suplicaba que empezara con las preguntas, porque esas respuestas eran las que le traspasarían la sabiduría acumulada a una mujer joven y por lo tanto aseguraban la continuidad del conocimiento.</p> <p align="justify">Poco a poco , con lágrimas en los ojos, Ludmila fue haciéndole las preguntas a Baba Yaga y ella, mientras su vida se apagaba, fue contestándolas una a una. Cuando contestó la última, Baba Yaga era apenas un montón de huesitos sobre la cama, el último aliento atrajo al viento del norte, que hizo girar la veleta de la casa . Izbushka, ahora la casa del conocimiento, se puso en pie y empezó a caminar lentamente en busca de un nuevo horizonte. </p> <p align="justify">Al amanecer el sol brindó sus primeros rayos dorados sobre el gallo rojo de la puerta, que Baba Yaga pintó el día que Ludmila fue en busca de su vida y de su libertad.</p> <p align="justify">Juan C. Gargiulo Basardilla 10 octubre de 2010</p> Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-33258262362573788312010-08-18T12:04:00.001+02:002010-08-18T12:06:10.678+02:00La tortuga que sostiene al mundo<p><a href="http://lh5.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/TGuwKoLTZBI/AAAAAAAAGLA/ZyZwHDeyMRA/s1600-h/atuint%5B7%5D.jpg"><img style="border-bottom: 0px; border-left: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-top: 0px; margin-right: auto; border-right: 0px" title="atuint" border="0" alt="atuint" src="http://lh4.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/TGuwLXJDEPI/AAAAAAAAGLE/o-9JMrDQORc/atuint_thumb%5B5%5D.jpg?imgmax=800" width="320" height="246" /></a> </p> <p align="justify">Hace muchos años, ¡qué digo! muchísimos años, existía una tortuga gigante, gigantesca. Sobre su caparazón verde, cuatro elefantes de alabastro hacían un esfuerzo titánico de sostener al mundo.</p> <p align="justify">En él había tierras y mares, bosques y ciudades, los hombres, las mujeres y los niños vivían sin percatarse de su existencia. Transcurrían los días y las noches, los veranos, los otoños y los inviernos, sin faltar todos los años las primaveras más espléndidas conocidas.</p> <p align="justify">Nadie sabía que todo eso ocurría gracias al lento andar de la tortuga, ella paso a paso nos regalaba las salidas y puestas de sol, incluso los días nublados y con lluvia; también las copiosas nevadas y los vendavales que hacían que los niños observáramos por la ventana como si todo el mundo girara alrededor de nuestras casas.</p> <p align="justify">Las noches de luna llena eran obra de la complicidad entre la gran tortuga y la luna. Ella le hacía un guiño en un charquito, y entonces salía para reinar en la noche.</p> <p align="justify">Las cosechas y los nacimientos también estaban gobernados por la gran tortuga, los hombres creían que eran obra del sol y de la luna, pero en realidad ellos  sólo ayudaban a la  tortuga, que con su andar se adentraba en las estaciones del año o provocaba, con su bamboleo, las mareas y las olas del mar.</p> <p align="justify">Pero el tiempo pasó y la tortuga se hizo cada vez mas viejita. Los habitantes del mundo empezaron a darse cuenta que los días se hacían mas largos, al igual que las noches, y que la primavera no llegaba nunca, escaseando entonces los alimentos.</p> <p align="justify">Y pasó que un día la Gran tortuga vieja se encontró en su andar, con una tortuga joven, que andaba por allí.</p> <p align="justify">La Gran tortuga le dijo a la joven, que ella estaba muy cansada de llevar al mundo, se había hecho vieja , y sus fuerzas no le daban para mucho más. Era necesario para que el mundo siguiera siendo mundo, para que la vida continuase en las tierras y en los mares, en los bosques y las ciudades, que la joven tortuga tomase el relevo de la vieja.</p> <p align="justify">Pero ¿cómo hacer para tomar el lugar de la vieja tortuga sin que todo se desbaratase, sin que cayeran los cuatro elefantes de alabastro, sin que los mares se precipitaran al vacío arrastrando a todos los seres que allí vivían? ¿cómo evitar que las montañas y las ciudades  se derrumbasen?</p> <p align="justify">La vieja gran tortuga, en sus tantos años de andar había adquirido cierta sabiduría: <em>– si yo salgo de mi caparazón y tú sales del tuyo, podrás tomar mi lugar sin que nada se mueva, nada se desequilibre, sólo pararemos un momentito nomás el funcionamiento del mundo.-</em></p> <p align="justify">Fue así que lo hicieron, y el mundo se detuvo por un instante. Los hombres, las mujeres, y los niños, también los animales y las plantas, se dieron cuenta que algo estaba pasando, los vientos se detuvieron, el sol y la luna se quedaron espectantes en el cielo. El agua del mar estaba quietita como nunca. </p> <p align="justify">Hasta que todos sintieron una pequeña vibración, algo que hizo tintinear las copas de la alacena, o el repiquetear loco de alguna campana. </p> <p align="justify">El viento arrancó despacito, con una brisa tímida y los mares con olitas suaves. la vida se puso en marcha otra vez, los días y las noches volvieron a ser como antes, la primavera  se ponía en marcha otra vez.</p> Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-74748462998736120482010-08-05T15:38:00.001+02:002010-08-05T15:45:26.915+02:00La Casa de la Calle Juan Bravo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSv6-7HyajPdMhBd2O1_a3SqA7GD3rgKYl3BlN-nloECcuNgd2ljt1l9IbnFh1m3Ynpoz2oPrdoAhdFcgTILHzcKexyLsMHUMD_ehPYgQFLdx5X_HEDhqSTuuLDywqacRewRPXtIE7QIm-/s1600/escanear0011.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSv6-7HyajPdMhBd2O1_a3SqA7GD3rgKYl3BlN-nloECcuNgd2ljt1l9IbnFh1m3Ynpoz2oPrdoAhdFcgTILHzcKexyLsMHUMD_ehPYgQFLdx5X_HEDhqSTuuLDywqacRewRPXtIE7QIm-/s320/escanear0011.jpg" width="214" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una tarde de 1993, me encontré una carta en el buzón . En esa carta la propietaria del edificio me invitaba a conocer el estado de su casa. Supe más tarde que me había contactado a raíz de una obra que estaba realizando con cierta urgencia en un edificio de la calle Angosta.</div><div style="text-align: justify;">A la mañana siguiente tuve la oportunidad de entrar en esta casa antigua, posiblemente del siglo XV. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La casa se dedicó siempre a vivienda familiar, en esa época sólo vivían allí dos hermanas mayores ya, y una inquilina anciana en el piso 2º . La vivienda del piso segundo interior había sido alquilada a estudiantes de la Casa de los Picos, quienes vivían de juerga en juerga escandalizando a las hermanas propietarias. Los bajos del edificio estaban ocupados por una pequeñísima frutería y una tienda de marroquinería, con una importante trastienda como almacén. Otros bajos conectados a la vivienda principal guardaban los tesoros familiares, con descuido, a merced de la humedad y el paso del tiempo. Cuadros al óleo , grabados, fotografías y viejos enseres se arrumbaban en esos cuartos. Mi interés por esa casa iba aumentando a medida que conocía sus laberintos e historias. Por esa casa pasaron algunos artistas segovianos, como Torreagero, Moro, pudieron disfrutar seguramente de una vida austera y con privaciones, pero esa casa tenía la huella de cierto esplendor y calidez que contrastaba con el frío clima castellano y las décadas de desierto cultural de la ciudad. En alguna medida conectaba con mi experiencia de la casa familiar de la calle Montañeses, en Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las dos hermanas, se preguntaban, mostrando sentimientos contradictorios, si era mejor derribarla y empezar de cero o si la casa tendría un segunda oportunidad. Yo sabía que la demolición completa no era posible, por razones del ordenamiento urbanístico de la ciudad, pero, fundamentalmente, porque esa casa encerraba siglos de historia doméstica, que me parecía injusto se esfumaran bajo la piqueta, y también por la mirada de esas personas que buscaban una respuesta que permitiera cierta permanencia de sus recuerdos y vivencias que brotaban de cada rincón de la casa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un día sin mediar un encargo concreto, tras una primera toma de datos, fui elaborando unos bocetos, intentaba verificar el aprovechamiento espacial del edificio y por otro lado recuperar parte de ese carácter que parecía que la casa había tenido. Esos bocetos fueron la llave que abrió en las dos hermanas una esperanza, una respuesta a su angustioso deseo de acabar con todo de una vez y recomenzar con otra cosa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La hermana menor, que actuaba como apoderada de la familia , fue quien entabló la batalla para lograr la rehabilitación del edificio. Poco a poco la figura de esta mujer se agiganta, en su tesón y su voluntad de llevar adelante la empresa. Una empresa que estuvo cargada de luchas burocráticas, conflictos, con inquilinos y vecinos, presiones inmobiliarias, que como una guerrera supo afrontar y vencer. En cierta medida actuó como la reencarnación femenina de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bravo">Juan Bravo</a> héroe de la Guerra de las Comunidades de Castilla. </div><div style="text-align: justify;">Durante la obra cumplió funciones de aparejadora sin serlo, reemplazando al fallecido aparejador . Contrató empresas, lidió con ellas, con un carácter intempestivo y febril, pero con la fuerza de su razón de fondo, con el impulso de dar nueva vida a la casa de su infancia , en un intento de recobrar el viejo esplendor.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En los trabajos que nos llevaron a sus entrañas, a contactar con su historia dormida, aparecieron elementos que atestiguan de su origen remoto. un magnífico artesonado decorado, restos de fábricas de ladrillo con sus aparejos, silos horadados en la roca madre, rejerías, canes de madera, suelos de barro, chimeneas de antiguas cocinas.También la frustración de no encontrar el aljibe que existiera en la casa y que se documenta en una foto antigua con las hermanas pequeñas al pie. </div><div style="text-align: justify;">Nos permitió descubrir su pertenencia a casas vecinas, hermanadas por sus tejados y vigas, enseñándonos la dinámica de transformación a lo largo del tiempo, lo que perduraba y lo que había desaparecido, lo que había sido reutilizado y lo que se había perdido irremediablemente. Lo que enraizaba en la memoria de sus últimos habitantes que fueron testigos de su andadura por el siglo XX, que vieron sus transformaciones fruto de la necesidad y también de la especulación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una mañana de la primavera de 2007, nos encontramos ella y yo en el patio recuperado de la casa, pude ver en sus ojos la satisfacción del trabajo concluido, a pesar que su voz desgranaba todavía luchas por encarar, y conflictos por resolver. En ese instante comprendí que la obra había terminado, pero ella se resistía, quizá porque en la lucha por recuperarla había dejado sus mejores energías, fusionándose con su casa pero intuyendo que la historia puede latir en los edificios y los objetos, pero sólo vive en las personas. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Bsaradilla verano 2010.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><a href="http://jcgargiuloarquitecto.blogspot.com/2010/08/rehabilitacion-de-edificio-de-la-calle.html">Rehabilitación de la casa de la calle Juan Bravo</a></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-76575443561634333042009-06-01T13:23:00.000+02:002009-06-01T13:24:00.715+02:00Benedetti<p><a href="http://lh5.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/ShVttyAgcpI/AAAAAAAAD_A/IRoJoqOFrBY/s1600-h/Collage2%5B4%5D.jpg"><img title="Collage2" style="border-right: 0px; border-top: 0px; display: block; float: none; margin-left: auto; border-left: 0px; margin-right: auto; border-bottom: 0px" height="463" alt="Collage2" src="http://lh3.ggpht.com/_MxlQwn18qY8/ShVtvCCRCDI/AAAAAAAAD_E/2wWubWdZj5Y/Collage2_thumb%5B2%5D.jpg?imgmax=800" width="373" border="0" /></a> </p> <p align="center"><a href="http://www.flickr.com/photos/35444227@N08/sets/72157618393719551/show/">Para ver diapositivas</a></p> <p align="justify">Había viajado de madrugada en alíscafo desde Buenos Aires a Colonia y en autobús desde allí a Montevideo, para cubrir fotográficamente el plebiscito que había costado mucho conseguir y que intentaba revocar la ley de autoamnistía o de impunidad (llamada oficialmente Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado ). </p> <p align="justify">Era muy temprano por la mañana del domingo 16 de abril de 1989, después de acreditarme como fotógrafo de prensa, me dirigí a los centros de votación. Tuve la suerte de ir a un centro ( creo que era una sede sindical del PIT-CNT) donde se había formado una cola bajo la llovizna de otoño.</p> <p align="justify">Entre los vecinos que acudían a votar, descubrí a Don Mario Benedetti, esperando su turno para ejercer el voto. </p> <p align="justify">En la cola hablaban de diversos temas, tomaban mate de una manera relajada pero expectante, algunos leían, otros fumaban. Don Mario casi pasaba desapercibido. Algunas personas se acercaron para hablarle, o pedirle un autógrafo, que gustosamente brindaba en las papeletas de votación o en cualquier papelito que alguna gente le alcanzaba. Los vecinos lo conocían y el trato era totalmente familiar.</p> <p align="justify">Hice algunas tomas de la cola, y otras de Mario Benedetti, enfundado con su gabardina, tímido, pero relajado. Me acerqué a él y le pedí permiso para fotografiarlo solo. Asintió y entonces le pedí que se descubriera. En ese momento me dijo que una imagen vale más que mil palabras, yo muerto de vergüenza, le dije que por favor, que no, que una imagen de las mías no valía como sus palabras. Quizá esa generosidad, o ese sentirse igual a todo el mundo fuera lo que le impulsó a decirlo. Algo que me mostró de que estaba hecha esta persona.</p> <p align="justify">El plebiscito se perdió y entre la niebla de una mañana yo regresé a Buenos Aires. </p> <p align="justify">Diez años después me acerqué al Teatro Juan Bravo en Segovia, al que Mario Benedetti había concurrido como jurado del premio Jaime Gil de Biedma. No me pude acercar, ya que el protocolo, comprensiblemente, lo había secuestrado.</p> <p align="justify">Entonces, una noche me encerré en el laboratorio, y copié dos de estas fotografías, escribí una nota de agradecimiento, devolviéndole sus imágenes , cerré el sobre y se las envié a una amiga en Montevideo que diligentemente se las entregó.</p> <p align="justify">Sé por ella que una sonrisa se dibujó en su rostro al verlas. </p> <p align="justify">En la prisa de mandarle sus fotos no incluí éstas que hoy aparecen aquí , las de los vecinos y ciudadanos que eran protagonistas junto con él de la vida, de su querida Montevideo , el objeto de sus palabras y sus versos. Quizá cumplo hoy ese mandato de compartirlas con todos ustedes, algo que seguramente Don Mario hubiera hecho.</p> <p align="justify">Juan Carlos Gargiulo, 19 de mayo de 2009.</p> <p align="justify"> </p> <p align="justify">Este artículo fue publicado en la <a href="http://lalinternadesegovia.blogspot.com/2009/05/ya-estamos-aqui.html">Revista La Linterna nº 7 (junio 2009)</a></p>Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-51941639796672948812009-03-23T15:58:00.001+01:002016-10-22T13:01:35.170+02:00Bailate un tango Ricardo<br />
<div style="text-align: right;">
<span class="Apple-style-span" style="font-style: italic;">Bailate un tango Ricardo</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"></span><br />
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Suena la radio del 107</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Invierno del 79</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">barba como perro cepillo</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">noche insomne</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">el ultimo asiento</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">chapa del suelo</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">jeroglíficos de la formica.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">avenida gris</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">cielo gris</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">barrera en Pampa</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">El Belgrano rechina en la estación.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Parada en Parque Norte</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">fondo, de piletas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"><i>Bajate pibe, si vos,<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"><i>El de la barba y este otro también.<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">pared , puertas , ventanas</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Ciegas y sordas</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">A <st1:metricconverter productid="60 metros" st="on">60 metros</st1:metricconverter> de la avenida</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Piernas abiertas brazos en alto</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Al aire</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">motorola vomita voz eléctrica</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">libros por el suelo</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">libretita de direcciones</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Trofeo</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Desde el Falcon</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">consultas van y vienen</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">cine del bocho</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">vida pasa</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">película muda</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">cuerpo terremoto</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">piel témpano</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">estampita tuya</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">No esté</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Rezo, aprieto</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">dientes de asfalto blanco</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">junto a mi</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">otro</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Cierra ojos</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">mentón pegado</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">comisura de labio</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">indiferencia escapa</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">sálvese quien pueda</span></div>
<h2 style="text-align: right;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 13px;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: italic;">Yo a éste no lo conozco</span></span></span></span></h2>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Fundando a fuego</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">conducta social</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">futuro</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h2 style="text-align: right;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 13px;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: italic;">Vos andate</span></span></span></span></h2>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Recojo : libros</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">libretita</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">torpe dignidad</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">por el suelo</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h2 style="text-align: right;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 13px;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: italic;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">No mires atrás y andate</span></span></span></span></h2>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">túnel gris de nubes</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">hilera de autos</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">perspectiva de faroles</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">estadio de victoria y oprobio</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Automáticos pasos largos</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Escalera arriba</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Cama deshecha</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Libros a la mierda</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">Preguntándome:</span></div>
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: "arial"; font-size: 13px;">¿De qué estamos hechos?</span></div>
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Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4787491626008275804.post-35255894254864894992008-12-28T14:13:00.002+01:002008-12-28T14:18:20.475+01:00Jugar a morir<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.guerraeterna.com/archives/gaza_cadaveres26.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 277px;" src="http://www.guerraeterna.com/archives/gaza_cadaveres26.jpg" border="0" alt="" /></a><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><br /></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Respirar por la boca 1,2,3,4,….20 veces. Aguantar la última inspiración cerrando los ojos. Alguien por atrás nos abraza a la altura del pecho, presionando sobre el tórax. Alguien por delante, presiona los riñones. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Súbitamente perdemos la conciencia, o más precisamente salimos del cuerpo, por un instante. Un instante eterno.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Cientos de misiles caen sobre las casas, todo se destruye, nadie oye los gritos entre las explosiones. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">El ruido de los aviones y los helicópteros artillados, siembran el miedo.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Nos matan porque para ellos nosotros somos los terroristas.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Respirar por la boca 1,2,3,4 … 20 veces.</p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Juan C. Gargiulo 28-12-2008</p>Unknownnoreply@blogger.com3