Hoy lo he visto, han cambiado el escaparate de la tienda , en la Calle Real. Ya no está, quitaron ese modelo que tanto te llamaba la atención.
¿Cuántas tardes hemos pasado delante de él?
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El itinerario, a tus cuatro años era siempre el mismo, subíamos por La Canaleja y la primera parada en la juguetería La Infantil, tus ojos recorrían una y otra vez los monstruos, los coches y los artilugios allí expuestos. Luego llegábamos a San Martín y dos temas en aceras opuestas te reclamaban, las Sirenas de la escalinata y la entrada al cine Zuloaga( hoy reemplazado por una cadena de comida rápida). A veces entrábamos en la Biblioteca a buscar alguna peli o algún libro para la noche pero tu tironeabas de la manga de mi abrigo al llegar al kiosco de las chuches.
Luego camino a la Plaza Mayor no dejabas de pulsar el botoncito de ese llavero que sonaba a pajaritos, y que estuvo años en los exhibidores de Los Leones, creo que lo retiraron porque se le agotó la pila.
Y cuando la Plaza ya se estaba abriendo a pocos pasos, allí estaba, misterioso , lo mirabas intrigado , hasta que por fin un día te decidiste, y con un suave tironcito mirándome a los ojos me dijiste: - Papá , ¿A dónde van los secretos?
¿Cuántas tardes hemos pasado delante de él?
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El itinerario, a tus cuatro años era siempre el mismo, subíamos por La Canaleja y la primera parada en la juguetería La Infantil, tus ojos recorrían una y otra vez los monstruos, los coches y los artilugios allí expuestos. Luego llegábamos a San Martín y dos temas en aceras opuestas te reclamaban, las Sirenas de la escalinata y la entrada al cine Zuloaga( hoy reemplazado por una cadena de comida rápida). A veces entrábamos en la Biblioteca a buscar alguna peli o algún libro para la noche pero tu tironeabas de la manga de mi abrigo al llegar al kiosco de las chuches.
Luego camino a la Plaza Mayor no dejabas de pulsar el botoncito de ese llavero que sonaba a pajaritos, y que estuvo años en los exhibidores de Los Leones, creo que lo retiraron porque se le agotó la pila.
Y cuando la Plaza ya se estaba abriendo a pocos pasos, allí estaba, misterioso , lo mirabas intrigado , hasta que por fin un día te decidiste, y con un suave tironcito mirándome a los ojos me dijiste: - Papá , ¿A dónde van los secretos?
1 comentario:
conoci la anecdota y cuando se produjo.Lo mejor,la pregunta de mi nieto Horacio.
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