20/6/07

Al alba ,ciudades sin vos.

No sabía que estabas despidiéndote. Cuando viste la foto, me dijiste que en esa escalera te sentarías a esperar.
Llevabas una semana triste, no encontrabas tu lugar. Una mañana me arrancaste del estudio y café de por medio con los ojos vidriosos me confesaste que habías quemado las naves.
Media vida fuera de la raíz, la ilusión de regresar, la oportunidad de crecer y reconstruir los tejidos heridos, de sanar los vínculos, de recuperar un lugar; se esfumaron con la vuelta a las andadas de los milicos.
Una tarde de otoño de 1992, una visión de caminantes, te atrajo a la sala, donde imagenes del país te reclamaban. Y fue justo al pie, mirando por la ventana del piso 11, reconociste tu paisaje de antes del exilio, ese que llevabas en tu interior, mágicamente yo te lo devolvía en una foto, no era otra que mi última imagen de Buenos Aires antes de emigrar.
Con los ojos vidriosos, mientras las mellis buscaban Rauch en un mapa, me estrechaste tu mano y nos hicimos amigos.
Fantaseamos con proyectos, compartimos mesas y nacimientos, tu música y tu poesía entró en mi vida. Amamos juntos las ciudades al alba, tú poniéndole palabras a la tinta de sus venas y yo frágiles imagenes.
No encontrabas tu lugar, sin saber que ese lugar estaba en el corazón y los ojos de los otros.


A Jorge de Ortúzar , de esto hacen 10 años.

1 comentario:

analau dijo...

siempre me convocas la ternura, pero esta vez vino con las lagrimas.
brindo a la vida, a los amigos, a jorge y a vos