La noche había sido pesada, el cansancio acumulado y luego las veces que me levanto al baño. El insomnio y esas primeras luces de la mañana que se filtran por el balcón… me vuelvo a dormir.
El roce suave de un beso sobre mi mejilla derecha, se repite por dos veces. Abro el ojo sano y allí estás de pie junto a mi cama, con la sonrisa ancha que te cruza toda la cara.
Con tu pijama de rayas que parece un disfraz de víbora de coral, esa de los cuentos de Quiroga, me dices:
- Papá ¿Bajas conmigo a ver que me trajeron los reyes magos?
Mientras bajamos la escalera con sigilo, voy pensando que nuestros padres nos engañaron vilmente, los reyes magos no son los padres… son los hijos.
Basardilla 7 de enero de 2013
6 comentarios:
Precioso...
El final es iluminante... felicitaciones! willy
Esta es la reflexión más certera que he tenido de los reyes magos...
Me ha encantado, nos has hecho sentir esos besos amorosos en la cara.
La suerte es que algunos lo hemos descubierto a tiempo.
Feliz año!!!
qué Bello!..., ante semejante simple contundencia: queda poco por decir. Estos cuentos breves del Corazón hacen que me transporte, evoque...
GRACIAS!!!!!
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